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lunes, 2 de mayo de 2011

Los profesores no hacemos milagros.

El pasado fin de semana debía impartir clases en una institución a más de cien kilómetros de la Ciudad. Llegué en tiempo y una vez pasado los primeros quince minutos aparece la primera persona y después otra y al cabo de 45 minutos solo cuatro participantes de los 20 matriculados.

Decidí marcharme y dar por dada la clase, en ese momento uno de los pocos asistentes me dijo; “..en la próxima clase recuperamos lo de hoy..” Aquella frase es la que motiva el titulo de mi comentario.


Observamos como las clases se suspenden por razones como actos políticos, campañas de todo tipo, votaciones, marchas, paros y nos damos cuenta que la semana no tiene más de “siete días”, como el bolero de Manzanero.  

Por otra parte me llama la atención un concepto recurrido en mi Universidad; la tolerancia cuando se trata de suspender las clases por determinada razón como es la proximidad de un feriado o un acto. Esa tolerancia es un concepto bien complejo y dudoso; le toca al profesor decidir sí da la clase o no. Los que deciden dar la clase son, en ocasiones mal valorados por los estudiantes y por el contrario aquellos que no van a la clase son los mejores profesores. De este modo la institución, se limpia las manos al estilo Pilatos, cuando ella es la responsable de decidir qué debe realizarse.


Por ello pienso que nuestra profesión es la única donde sí no vamos a trabajar los estudiantes hacen hasta una fiesta, mientras que con otras profesiones ocurre todo lo contrario.  


Pero el comentario tiene que ver justamente con esa magia que pretenden tengamos los profesores, explicar, mostrar y hacer entender en la mitad del tiempo, lo que antes no se pudo impartir. Es qué nacimos con el don de comprimir el tiempo o se considera que al pararse delante de una clase, somos dueños del tiempo y nos comunicamos directamente con "La Máquina del tiempo" de H.G Wells.


Con la cantidad de información que cada día nutre nuestra vida, es imposible comprimir ese conocimiento en menos tiempo, todo lo contrario necesitamos más tiempo y para colmo lo desperdiciamos en actos innecesarios donde lo penoso es que solo asisten unos pocos, mientras los demás brillan por su ausencia. Por ello queda siempre la duda de la razón de suspender las clases o de la famosa tolerancia.

Al final el profesor se “conoce” su materia y el único perdedor es el estudiante.

Nota: la experiencia narrada es real y la suspensión se debió fundamentalmente a que el encargado de abrir el local y encender las computadoras decidió no asistir. Los participantes son profesores de varios colegios. 

17 comentarios:

  1. Estimado Carlos
    Gusto saludarte

    Muy bueno tu escrito, a pesar de que a diario se nos pide... "Los Profesores no hacemos milagros,"

    Tristemente hoy día pareciera que todo está invertido, el profesor que falta a la clase, el que piratea la misma, el que se da besitos y abrazos con l@s estudiantes aunque no cumpla con su trabajo y por supuesto, no les enseñe nada, sino malos ejemplos, ese, es el "bueno de la película".

    El profesor cumplidos, el que se esmera preparando materiales para facilitar las cosas a los estudiantes, ese, el que nunca falta y hasta les dedica tiempo extra, ese es el "malo de la peícula".

    No creo que sea un problema de tolerancia, sino de valores invertidos, de facilismo, y hasta de mediocridad.

    Sería interesante leer la opinión de los estudiantes al respecto.

    Un abrazo y éxitos...!!!

    Omar Miratía
    Caracas-Venezuela

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  2. Muchas gracias por tu comentario, pensamos que el bueno es el que hace los milagros, pues el otro los hace al no ir a clases y seguir siendo profesor.

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  3. Creo que la responsabilidad de enseñar no reside en los que no van a clase, si no en los que están dispuestos a aprender de lo que nosotros podemos contarles.
    Creo que no hay razón para suspender una clase, siempre que haya un alumno dispuesto a aprender. Nuestro compromiso no depende del número del auditorio.
    Un saludo

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  4. Agradezco tu comentario y estoy muy de acuerdo con el, por eso no comparto la idea de suspender clases por actos políticos, campañas electorales y demás, muy de moda en la actualidad.
    En el ejemplo que cito añado que el encargado de habilitar las computadoras, decidió olímpicamente no asistir, tomando en cuenta que sin esas no podemos trabajar.

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  5. Estimado Dr.
    Le comento que situaciones parecidas sí la hemos visto, nó solo en el área de la Educación de pre-grado, sino también el el área de la educación regular escolar, sin embargo el ver que existen pocos docentes y maestros empeñados en llevar adelante sus clases, aunque les falte una herramnienta muy esencial como es su caso, tienen un punto a favor suyo, es lo que a ud. le gusta: hacer que sus estudiantes aprendan y noten el esfuerzo que realiza para que ellos logren ese aprendizaje.
    Un abrazo a ud. y un jalon de orejas al encargado de la sala de cómputo, por haberle dejado plantado.

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  6. Totalmente de acuerdo con lo q indica el Dr. y agrego que muchos docentes se han vuelto mañosos cuando no hay un control riguroso de la administración. Se justifican porque no hay multimedia, no hay suficientes computadoras, o porque algunos estudiantes no asisten, o pork es 1er dia, etc. Otros salen muchos minutos antes d su salida aduciendo que terminaron su avance como si no valoraran el tiempo y como si no tuvieran creatividad para realizar actividades de reforzamiento o profundizacion de aprendizaje, por ejemplo.

    slds Wilmer Campos wilmer.campos@gmail.com

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  7. Saludos Carlos:
    Este evento que describes suele pasar en Ecuador también, asi que creo es cultural y como dice Omar los valores se han invertido. En mi institución tenemos un maestro, el más antiguo de todos que ha puesto las reglas claras con los alumnos y ha hecho toda una dinastía,en las materias que dicta no hay atrasados, nadie falta, todos cumplen y su disciplina es firme pero cordial..no da un paso atrás y sus alumnos tampoco, es gracioso con otros profesores los alumnos tienen comportamientos diversos pero con él son exactos,responsables y cumplidores.
    También pasa lo que dice Omar..el buenito es el títere de los estudiantes y el amiguito, hasta en las evaluaciones docentes los resultados lo reflejan..La política de la institución tambalea entre unos y otros docentes y los chicos no se forman, sino se adaptan. Es un tema complejo en verdad.

    Mónica

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  8. Gracias por compartir esto conmigo... Tienes toda la razón, no hacemos milagros, y nosotros ya sabemos lo que impartimos, lo que no lo saben son ellos, así que, se lo pierden.
    Cuando yo iba a la universidad, eramos pocas las que asistiamos siempre a clase, uno de nuestros profesores terminaba siempre enfadado por la poca audiencia que tenía, sin embargo, al día siguiente, volvía a recuperar lo anterior cuando había más gente que asistía, por lo que los perjudicados siempre eramos los que habíamos ido los dos días, ya que el segundo era escuchar otra vez lo mismo, y encima darnos cuenta de que los que iban a clase, pasaban de lo que él decía.
    Estoy a favor de no suspender las clases, y el temario queda dado, no se repite al día siguiente.
    Me ha gustado mucho lo que has dicho de que somos los únicos que cuando no vamos a clase los alumnos hacen fiesta, pero, yo he notado, que también hacen fiesta cuando se dan cuenta de que explicas mejor que el profesor anterior... A todos nos gusta un día de vacaciones, pero, también nos gusta tener buenos profesores.

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  9. Tamara
    Gracias por el comentario, leí tu post en http://artedesermaestra.blogspot.com/2011/06/esos-locos-maestros.html y estamos de acuerdo en el tema.
    En realidad siempre queda en los estudiantes el recuerdo de los mejores profesores.

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  10. Saludos amigo Carlos! nada gratificante la experiencia que relatas, ciertamente eso sucede más de una vez, pero lo peor que noto de tu experiencia es que los participantes eran otros docentes, entonces ¿dónde queda su responsabilidad? lamentablemente es como ya dijo Omar, existe una pérdida de valores, esperemos que todos juntos con nuestra constancia en demostrar ejemplos de actitudes responsables en los diferentes espacios, podamos reivindicar los valores perdidos.

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  11. Estimado Dr.:
    Hechos como el que describe lo he vivido tantas veces en pregrado (UAGRM en Santa Cruz) que me trajo muchos recuerdos leer su post, y como dice Mónica, a veces dejar la evaluación del docente que trata de ser puntual e inflexible en su labor, solo en manos del estudiante, arroja resultados muy sesgados.
    Podría contar con los dedos de una mano (y hasta me sobraría un dedo) aquellos docentes que tuve con verdadera vocación y forma adecuada de transmitir el conocimiento.
    Para cambiar aquello estamos Doctor, habemos muchos con ganas transformar nuestra sociedad por medio de la educación, después de todo ¿hay otra forma?

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  12. Estimado Dr. Carlos:

    A mi parecer pienso que la responsabilidad tiene que ser compartida tanto del catedratico como del alumno, toda clase tiene que tener sus reglas y lineamientos de estudios, para asi sacar el maximo provecho de cada minuto de clases.
    Saludos,

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  13. Como docentes tenemos una gran tarea, trabajar en el desarrollo permanente de nuestra población, contribuir para mejorar nuestra cultura y formar a las personas en valores. Damos una mayor resultado al desarrollo del país. Pero todo esto requiere de un gran esfuerzo, dedicación y sobre todo, tiene que ser un trabajo en conjunto; un proceso de enseñanza aprendizaje. El alumno debe olvidarse que el docente es "el gran maestro que dicta todas las cosas que se deben aprender de memoria" y dejar a un lado la idea del conformismo y de establecerse en una mediocridad del ya lo se y es suficiente; es una tarea de todos y con el trabajo en conjunto si se pueden dar milagros.

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  14. La informalidad tanto de parte de los profesores como de los alumnos es una falta de respeto a uno mismo y al resto de los compañeros y ello es algo muy recurrente en nuestro país, y mas aun si hablamos de instituciones publicas, en particular de nuestra universidad, todo lo indicado por usted es real y ocurre todos los días, son muy pocos los alumnos y los profesores que asumen la responsabilidad que les corresponde, los unos de enseñar y los otros de aprender.
    Tal ves y sin animo de culpar a nadie algo parecido esta sucediendo en estos momentos, cuando la universidad donde estamos realizando el curso de educación superior a distancia, decide posponer la presentación de nuestros trabajos y la video conferencia que ya estaba programado con antelación, esto es muy informal e incomoda al resto del alumnado, y debiéramos empezar por casa a erradicar la informalidad.
    Por lo demás estoy totalmente de acuerdo con usted y los comentarios realizados en su blog, que es necesario cambiar, empezando por uno mismo y treparnos al tren de la “educación”, con compromiso y mística.

    Gracias./

    Atte./

    emilio

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  15. DR. justo ahora se suspendieron las clases en la Universidad donde dicta catedra mi padre, por una asamblea de los docentes. jejeje que ironia realmente.Considero que la universidad o institucion es la que debe decidir y planificar los dias laborales como en toda institucion y no arbitrariamente el docente o el alumno determinar si hay o no hay clases, es un tema de cultura del profesor como del alumno, del profesor por permitir que no haya clases cuando el alumno solicita por que juega la seleccion o por cualquier festividad ajena al proceso de instruccion, la sociedad ve al profesor cumplido, que no falta a clases, que cumple con la politica interna de la institucion, que es estricto como un mal profesor y los alumnos prefieren pasar clases con aquel que es falton o que manda a su ayudante a que de las clases por el. La pregunta es como cambiamos la cultura de nuestra sociedad, siendo los docentes parte fundamental del proceso de educacion de la sociedad, considero que atraves de los valores, principios, hoy en dia se valora mas en los colegios, el ingles la computacion que la educacion en valores. Es correcto que nos encontramos en un proceso de globalizacion, pero el mismo debe estar acompañado con los valores y principios correctos. y debemos comenzar nosotros mismo dando el ejemplo a nuestros hijos, familia, colegas y alumnos.

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  16. Muchas gracias por compartir dicha reflexion sobre una realidad contundente y cada vez menos sostenible.

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  17. Estimado Dr. Comparto plenamente su preocupación por este tema, a mi parecer esto de ser tolerantes de algunos colegas profesores es que los alumnos se han ido mentalizando con esa idea y cuando alguien quiere frenar, ya es tarde y esto viene de generación en generación. Estoy convencido que esta mentalidad podemos cambiar nosotros como docentes dando ejemplo de responsabilidad y puntualidad, ese mismo criterio podemos inculcar en nuestros hijos y familia entera, solo así tendremos un País próspero y desarrollado.

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