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miércoles, 18 de marzo de 2015

Los mensajes sin sentido y los que creen que tienen sentido.



Participo como millones de personas en varios grupos de Whastapp y la mayoría de estos con el tiempo, se van transformando en espacios donde cada quien publica lo que quiere con la pérdida de su esencia.

Esto es característico de nuestra época y en especial de la pluralidad de las redes sociales, que es uno de sus puntos más fuertes pero también más vulnerables. Sin embargo y es mi comentario a veces estas redes se llenan de rumores falsos, de leyendas urbanas y noticias que se copian y pegan sin el más sentido lógico. 

Tal vez la más destacada es la supuesta Lotería de Microsoft, que lleva años dando vueltas por la Red, las primeras en su versión de correo y las últimas por Whastapp. Las últimas versiones afirman que ganamos un cheque muy grande y que solo con enviar el mensaje a diez personas más lo vamos a cobrar. Cuántas veces leímos que alguien se ganó la lotería de ese modo. Es increíble que muchas personas crean en esto y envíen el supuesto mensaje a toda su lista de contactos.

Meses después usted empieza recibir en su correo electrónico cientos de mensajes spam, que son producto de la inocencia de alguno de sus contactos, que regaló todas las direcciones y nunca recibió un centavo del cheque.

Ejemplos similares como el niño del colegio alemán desaparecido, la niña con el corazón abierto y que con cada mensaje Bill Gates donará un centavo, la recolección de fondos para ayudas inexistentes, los mensajes que con solo enviarlos recibiremos años de suerte y dinero y cientos de engaños de todo tipo, se duplican cada día.

Lo más incómodo de estos mensajes es que muchos los reenvían sin apenas leerlos, sin percatarse de su disparate y cuando se trata de demostrar el error no quieren creernos. Tal vez como afirma un estudio de la Ohio State University y que analiza Carlos Gómez Abajo en su blog, se ha comprobado que demostrarle a alguien que una afirmación es falsa no resulta demasiado útil cuando la persona está convencida de que es cierta, puesto que lo que hacen en ese caso es menospreciar la credibilidad de la fuente de la corrección.

Esa puede ser la razón por la que corregir el error del mensaje es más grave que dejarlo correr.

Por eso si lee en estos días un mensaje de “Valeria Quiñones” una supuesta directora de Whastapp donde le piden que envíen un mensaje a su red pues solo quedan 530 cuentas disponibles, por favor no lo reenvíe. Si lee todo el mensaje se dará cuenta de la enorme contradicción que encierra y usted no quedará muy bien dentro del grupo. 

Si vamos a reenviar algo, lo más sensato es leerlo antes o si vamos a creer lo que recibimos, no haga como una amiga que recibió un mensaje en el que le comunicaban ser ganadora de un televisor plasma y para obtenerlo solo debía sacarse una foto en su pantalla. Ella se peinó, se acomodó, mejoró la luz y cuando fue a tomar la foto, se dio cuenta que su computadora no tenía cámara.

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