En colaboración con la Dra. Mercedes Leticia Sánchez Ambriz
En la vasta línea temporal de la humanidad, dominar la
piedra tomó millones de años; crear el lenguaje escrito, miles; inventar la imprenta,
varios siglos. Sin embargo, desde noviembre de 2022 hasta hoy, la evolución de
la inteligencia artificial ha comprimido en apenas tres años los saltos que
antes requerían siglos.
La apertura de ChatGPT al público a finales de noviembre del
2022 no solo representó un avance tecnológico. Marcó el inicio de una
aceleración nunca vista en nuestra historia: de simples chatbots, pasamos a
asistentes multimodales, generadores de imágenes, videos, código, y ahora, a
modelos que razonan, ven, hablan y predicen en tiempo real.
Si antes cada etapa de avance humano estaba separada por
largos periodos, de la piedra al bronce, del papel a la máquina de vapor, ahora
cada pocos meses la inteligencia artificial supera barreras que parecían
imposibles: creatividad, interpretación, afectividad simulada.
La humanidad tardó siglos en expandir sus sistemas de
comunicación. La IA, en cambio, aprendió a hablar y a ver en menos de una
generación. Hoy como nunca estamos ante un cambio de proporciones ilimitadas.
Una comparación para comprender la magnitud del cambio
Aquí una línea de tiempo que permite visualizar la enorme
aceleración:
Tiempo |
Evolución humana |
Evolución de la IA (ChatGPT público - proyección 2030) |
~3,3 millones a.C. |
Primeras herramientas de piedra (Homo habilis). |
2022: ChatGPT-3.5 se lanza al público. |
~10,000 a.C. |
Revolución agrícola: domesticación de plantas y animales. |
2023: Lanzamiento de GPT-4: multimodalidad texto-imagen. |
~3000 a.C. |
Invención de la escritura (Sumerios, Mesopotamia). |
2023: Integración de IA en buscadores y sistemas de
trabajo. |
Siglo XV |
Imprenta de Gutenberg: democratización del conocimiento. |
2023: Plugins y GPTs personalizados: IA adaptada a cada
necesidad. |
Siglo XVIII |
Revolución Industrial: máquinas a vapor, mecanización. |
2024: Lanzamiento de Sora (IA de generación de video). |
Siglo XIX |
Telégrafo, electricidad, primeras telecomunicaciones
globales. |
2024: Gemini Ultra: competencia de IA multimodal de
Google. |
Siglo XX |
Computadora, Internet, globalización digital. |
2025: ChatGPT-4o (Omni): IA razonando y comunicando en
tiempo real. |
Principios del siglo XXI |
Inteligencia aumentada: biotecnología, nanotecnología, IA
inicial. |
2025-2026: IA personalizada: asistentes IA 24/7. |
2027 (proyección) |
- |
IA científica: diseño de experimentos, arte, ingeniería
avanzada. |
2028 (proyección) |
- |
IA integrada en lentes inteligentes, traducción universal
en tiempo real. |
2029 (proyección) |
- |
IA emocional simulada: interacción empática
contextualizada. |
2030 (proyección) |
- |
IA colaborativa multisectorial y decisiones híbridas
humano-IA. |
Elaborada con la ayuda de ChatGPT
¿Hacia dónde vamos?
El patrón es claro: cada nueva ola de IA no solo
perfecciona la anterior, sino que integra habilidades nuevas que antes
considerábamos exclusivamente humanas.
Lo que ayer era un avance extraordinario, el procesamiento
de texto, la generación de imágenes o la capacidad de traducir idiomas, por
solo citar unos ejemplos, hoy es el punto de partida para innovaciones que
abarcan la medicina, la educación, el arte, la ingeniería, e incluso el tejido
mismo de la interacción social. Estamos pasando del momento inicial de la IA
donde copiamos prompts a la urgente necesidad de crearlos personalmente.
Para 2030, podríamos convivir cotidianamente con IAs que
diseñan tratamientos médicos personalizados, propongan proyectos de ley más
justos o nos acompañan en la creación de obras de arte profundamente humanas.
La historia de la humanidad ha sido, hasta el momento
actual, una narrativa de avances progresivos separados por largos intervalos de
tiempo. Cada invención, desde la piedra tallada hasta el motor a vapor, demoró
siglos enteros de transformación.
Hoy, la evolución tecnológica ya no sigue el ritmo de la
evolución humana. El avance de la inteligencia artificial plantea un desafío de
dimensiones inéditas: ¿seremos capaces de evolucionar ética, emocional y
socialmente tan rápido como nuestras creaciones?
Más que nunca, el futuro dependerá de nuestra capacidad no
solo de crear, sino de humanizar lo que creamos.
La gran tarea no será evitar el avance, sino asegurarnos
de que no perdamos nuestra esencia en el proceso: la creatividad, la
solidaridad, la capacidad de soñar, de cuestionar y de cuidar.
El reto ya no es solo inventar. El reto es seguir siendo
profundamente humanos en medio de la velocidad vertiginosa de nuestro
propio ingenio.
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