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domingo, 14 de septiembre de 2025

De buscador a creador de imágenes a la medida.

En colaboración con Mercedes Leticia Sánchez Ambriz

Escucha el pódcast, que es un resumen de este trabajo

Durante décadas, los docentes han invertido horas valiosas en la búsqueda de imágenes que complementan sus materiales didácticos. El acceso a bancos de imágenes gratuitos o de pago, así como la navegación interminable en la web, se convirtió en una rutina desgastante y, muchas veces, infructuosa. Las imágenes encontradas rara vez se ajustaban con precisión a las necesidades pedagógicas: o eran demasiado genéricas, o estaban cargadas de derechos de autor y marcas de agua que limitaban su uso. Hoy, ese escenario se transforma radicalmente. La inteligencia artificial (IA) ha abierto un horizonte inédito en el que el docente deja de ser buscador para convertirse en creador.

De la búsqueda a la creación

La práctica de buscar imágenes externas respondía a una lógica de escasez: el educador dependía de lo que otros habían producido. Con la irrupción de las herramientas de IA generativa, como DALL·E, Stable Diffusion o MidJourney, esa lógica cambia hacia la abundancia personalizada. A esta primera generación de aplicaciones se suman ahora innovaciones como Leonardo.Ai, que permite crear composiciones hiperrealistas y estilizadas; las propuestas de Gemini, capaces de realizar montajes contextuales y narrativos que integran objetos, personajes y escenarios en una misma escena; o las producciones de StudioGemini, que generan imágenes superrealistas de alta fidelidad, cercanas a la fotografía profesional. También se suma ChatGPT a la que se une Nano Banana de Gemini, gratuito por el momento.

Estas plataformas expanden las posibilidades más allá de la simple ilustración, abriendo paso a la construcción de mundos visuales inmersivos, narrativos y culturalmente contextualizados. De este modo, el docente ya no se limita a “conformarse con lo que encuentra”, sino que crea recursos visuales ajustados a su imaginario, sus objetivos pedagógicos y las características de sus estudiantes, logrando una correspondencia mucho más precisa entre la intención didáctica y el recurso visual utilizado.

Este tránsito de buscar a crear trae consigo ventajas pedagógicas decisivas. En primer lugar, permite que el docente adapte los recursos visuales a necesidades específicas, logrando representaciones que dialogan directamente con el nivel cognitivo, el contexto cultural y los intereses de sus estudiantes. Además, la posibilidad de producir imágenes personalizadas fortalece la pertinencia y la claridad en la transmisión de contenidos, potencia la creatividad docente y ofrece mayor inclusión al reflejar diversidad cultural, lingüística o de género que rara vez aparece en bancos de imágenes genéricos. En consecuencia, el profesorado ya no se limita a “conformarse con lo que encuentra”, sino que crea materiales precisos y significativos, favoreciendo aprendizajes más cercanos, relevantes y motivadores para la comunidad educativa.

Implicaciones pedagógicas

La transición de buscar a crear no se limita a optimizar tiempos, sino que redefine el rol pedagógico del docente en la era digital. Al contar con la posibilidad de generar imágenes bajo demanda, el profesorado no solo incorpora recursos visuales en sus clases, sino que también construye narrativas más coherentes, inmersivas y cercanas a la realidad de sus estudiantes.

Esto abre un campo inédito para el diseño de experiencias de aprendizaje en el que las imágenes dejan de ser un complemento accesorio y pasan a convertirse en vehículos centrales de significación, capaces de motivar, contextualizar y estimular la imaginación. Asimismo, la capacidad de crear imágenes propias favorece la autoría docente y refuerza la idea del profesor como productor de conocimiento, no únicamente como mediador.

En este sentido, la creación visual con IA se erige como una estrategia que amplía el banco de imágenes del docente y genera escenarios educativos más pertinentes, innovadores y culturalmente sensibles. Estimula la creatividad del alumno e incrementa la motivación por la asignatura.

Para comprender mejor el cambio que implica pasar de buscar imágenes externas a crear imágenes con inteligencia artificial, se presenta la siguiente tabla comparativa. En ella se sintetizan las principales diferencias en términos de disponibilidad, tiempo, pertinencia pedagógica, creatividad docente, inclusión y control de autoría.

Este contraste permite visualizar cómo la creación de imágenes con IA no solo agiliza procesos, sino que también amplía la capacidad del profesorado para diseñar recursos visuales pertinentes, innovadores y ajustados a las necesidades reales de sus estudiantes.

 

Desafíos y consideraciones éticas

No obstante, esta transición exige una mirada crítica. La creación de imágenes con IA plantea debates sobre propiedad intelectual, sesgos algorítmicos y responsabilidad en el uso pedagógico. La facilidad de generar imágenes no debe invisibilizar la necesidad de enseñar a los estudiantes el origen de esos recursos, el respeto a la veracidad de las representaciones y la importancia de desarrollar pensamiento crítico frente a los productos algorítmicos.

Dejar de buscar, empezar a crear

Estamos ante un cambio de tendencia profunda: del docente que invertía horas buscando “algo parecido” en bancos de imágenes al docente que diseña con precisión lo que realmente necesita. Esta capacidad de creación, mediada por la inteligencia artificial, no solo ahorra tiempo, sino que redefine la autonomía y la agencia del profesorado en la era digital. Los maestros dejan de ser consumidores pasivos de material visual estandarizado y se convierten en productores de recursos originales, con un control creativo sin precedentes.

El impacto de este cambio es multidimensional.

En el plano pedagógico, permite generar imágenes que dialogan directamente con los contenidos curriculares, adaptadas al nivel cognitivo y a la diversidad de los estudiantes. En el plano metodológico, abre la puerta a enfoques más activos e innovadores, donde las imágenes no son un accesorio, sino parte integral del proceso de aprendizaje. En el plano profesional, otorga al docente un rol más cercano al de un diseñador o creador de conocimiento, fortaleciendo su identidad como agente de innovación educativa. Finalmente, en el plano cultural, posibilita representar contextos, identidades y realidades locales que tradicionalmente han estado ausentes en los repertorios visuales globalizados.

Dejar de buscar para empezar a crear significa, en suma, que el docente se sitúa en el centro de la producción educativa, capaz de imaginar, materializar y compartir recursos visuales únicos que enriquecen el acto de enseñar y aprender.

Conclusión

La IA generativa inaugura una nueva era en la educación visual: la era de la creación a la medida. El profesor deja de invertir tiempo en búsquedas interminables y lo redirige hacia la innovación pedagógica. Este cambio no es solo una ventaja técnica, sino una oportunidad cultural y profesional para repensar el rol docente en el ecosistema educativo contemporáneo. El desafío será, entonces, acompañar esta transición con formación crítica, ética y creativa, de modo que crear imágenes con IA se convierta en un medio para enseñar mejor y no en un fin en sí mismo.

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