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miércoles, 11 de mayo de 2011

Amor en dos ruedas

En un comentario anterior afirmé que el video como medio de difusión es hijo de nuestro Continente. Nació y se crió en medio de los grupos sociales en la época de las dictaduras, anduvo de prisa y creció a gran velocidad. Los grupos que realizaban video se propagaron por la región y fueron capaces de reunirse en varios países para demostrar no solo su existencia, sino la enorme utilidad de este medio.

El video desde ese tiempo tuvo múltiples cambios. Por un lado los vinculados a la tecnología para su producción y por el otro la creatividad en su elaboración. Los usos que se le pueden dar a este medio son muy variados y usted conoce muchos de ellos.

En este comentario narro una experiencia que viví en Trinidad, la Capital del Departamento del Beni. Invitado por la Universidad Técnica del Beni, impartia un curso de posgrado en el área de Tecnología educativa, cuando observé lo que les comento.

Trinidad además del clima y lo exhuberante de su vegetación y ríos, se caracteriza por el empleo de un singular medio de transporte: la motocicleta.

Este tipo de transporte es muy peculiar en la  región y aunque en otras partes de Bolivia, las he observado en grandes cantidades, nunca como en Trinidad.

Generalmente sirve como medio de transporte por el día. Incluso taxis motocicletas abundan en la región y por la noche se transforman en el hobby de los jóvenes.

Moto que alquilaba para trasladarme a la universidad
La Plaza Principal es el escenario de mi narración, allí los jóvenes conversan, se piropean, discuten y se enamoran, siempre en dos ruedas.

Un domingo al caer la tarde, me llamó la atención un grupo de motocicletas que daban vueltas y más vueltas alrededor de la Plaza. En las primeras vueltas no observé nada raro, pero en las siguientes, algo atrajo mi atención. Eran las dos motos que encabezaban la marcha, como un desfile militar.

En la segunda moto una pareja de jóvenes; el manejaba y ella con una sonrisa de par en par demostraba su felicidad. Los curiosos que observábamos este hecho, enseguida empezamos a preguntarnos qué sucedía. Al cabo de varias vueltas, uno de los acompañantes gritó que se trataba de una despedida de solteros, pues al día siguiente se casarían.

A pesar de lo singular de tal despedida, la primera moto fue la que me llamó más la atención. La manejaba una muchacha y detrás pero de espaldas a ella un joven con una filmadora de video grababa esta singular despedida.

Por ello pensé que el amor, las dos ruedas y el video están ligados.

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