Páginas

domingo, 7 de febrero de 2016

Un llamado a la evolución de las revistas científicas digitales (parte II)

El pasado año publiqué en este blog la primera parte de esta entrada, donde analicé desde el punto de vista de un usuario, la estructura de las revistas científicas en formato digital.  En dicha entrada comenté que varias de estas revistas migraron a dicho formato,  manteniendo su esquema de cuando se publicaban en papel, con poca evolución al mundo digital. Es difícil encontrar revistas donde se introduzcan códigos Qr, elementos de realidad aumentada e incluso enlaces a videos que demuestren parte del trabajo que se explica en el artículo.

A un año de dicho trabajo retomo mi pesquisa sobre las publicaciones científicas, añadiendo un elemento omitido en el anterior comentario, que es la forma de recepción, seguimiento y publicación de estas revistas, en otras palabras el proceso de edición.

El número de publicaciones científicas crece cada día y con ello surgen numerosos índices, bases de datos y otras formas de clasificar las revistas, a veces más confusas que lo esperado en las formas de clasificación. Estas inclusiones en diferentes bases de datos eleva el ego de varias revistas, mientras en otras lo ven como un reconocimiento a sus autores.

Cómo es el proceso de recepción, seguimiento y publicación de las revistas digitales.

Para responder a esta pregunta realicé una indagación en los datos que Google Académico presenta de las cien revistas en español con mayor índice h5.  

Para no revisar todas las revistas, lo que no creo necesario en esta entrada, realicé una selección al azar. Tomé las revistas que por su orden de importancia terminaban en tres y seis. Puede parecer un error estadístico, sí es que alguien quiere cuestionar la indagación, pero me sirvió para gestionar mi búsqueda. En la revisión tomé en cuenta los siguientes parámetros: 

  • El artículo se puede leer y descargar en formato PDF. 
  • La revista dispone de otro formato diferente al PDF. 
  • El PDF es similar a un texto escrito en un procesador de texto. 
  • El PDF contiene columnas como un típico documento impreso.  
  • La revista utiliza un sistema de edición de publicaciones.

Los resultados de la revisión.

Descarga directa del artículo en PDF. De las 20 revistas tomadas en cuenta, 19 permiten de manera directa la descarga en PDF, la única que no lo admite es debido a que se debe abonar para su subscripción. Es probable que entre las revistas no analizadas, en especial las que pertenecen al ámbito de la salud se encuentren otras que requieran de suscripción.

La revista dispone de otro formato diferente al PDF. Del grupo estudiado, la mitad de las revistas también se pueden leer en formato HTML, mientras que el resto solo en PDF. Llama la atención que ninguna de las revistas incluidas en el estudio ofrece el formato EPUB y mucho menos se adaptan a su lectura en dispositivos móviles. Son revistas como señalamos en el comentario anterior que migraron al campo digital y mantienen su estructura analógica.

El PDF es similar a un texto escrito en un procesador de texto. En este punto un poco más de la mitad de la muestra de revistas guarda similitud con un texto plano escrito en cualquier procesador de texto. Los artículos que revisé de algunas de estas publicaciones no contienen en su cuerpo enlaces a otros sitios Web, que no sean los de la bibliografía.

El PDF contiene columnas como un típico documento impreso. El resto de las revistas no citadas en el anterior punto mantienen sus artículos en al menos dos columnas. Todos conocemos lo incómodo de leer este tipo de trabajo en dicho formato, más propio del material impreso que del digital. Por supuesto que estas revistas tampoco tienen adaptaciones para su lectura en medios móviles.

La revista utiliza un sistema de edición de publicaciones. Este es el punto más débil de muchas de las revistas estudiadas. Dos de ellas tienen un sistema de edición similar al OJS, cinco emplean este sistema, en tres de ellas no pude detectar el tipo de sistema y el resto utilizan el proceso tradicional de enviar mediante el correo electrónico el artículo al revisor y este lo evalúa según una planilla.

Como muchas revistas siguen manteniendo los patrones de la edición impresa es probable que sea una de las razones por las que varias de ellas aún no utilizan un sistema de edición electrónico. El OJS, (open journal system) es un sistema abierto de edición de revistas, que facilita la transparencia en todo este proceso. Los editores reciben la publicación y la pasan a los revisores, estos envían sus comentarios y todo el proceso es visible para los involucrados, mientras que a los articulistas se les envían las recomendaciones o el rechazo de su trabajo y son los encargados de subir la nueva versión.

En el sistema tradicional, la transparencia en el proceso editorial es poca, el micro equipo de dirección, a veces solo una persona encargada de la mayor parte del trabajo, quita artículos, coloca otros y aunque no dudamos de la veracidad del trabajo, es probable encontrar irregularidades (fraudes) en algunos trabajos como pude constatar en la revisión mencionada.

Algunas revistas de las consultadas en este índice, mantienen normas de publicación anticuadas, como el pedir los artículos en discos de 3,5 pulgadas o en formato de Word Perfect o incluso por correo postal. Algunas ellas no tienen sus sitios Web actualizados y varias de las que emplean el sistema OJS aún no están al día en sus artículos.

Irregularidades en las revistas y en Google Académico.

De las cien revistas con el índice h5 que oscila entre 34 y 11 de las que como comenté seleccioné solo 20, hallé que dos de ellas aunque tienen nombres e índices diferentes repiten los mismos artículos en Google Académico. Se trata de las revistas Interuniversitaria de Formación del Profesorado  y Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ambas apuntan a los mismos trabajos, aunque son revistas diferentes. Este error de la clasificación de Google Académico puede dejar a la vista otras fallas, que los estudiosos de este tema habrán descubierto.

Entre las revistas a las que revisé algunos de sus trabajos, encontré que más de uno guarda similitud con artículos publicados en revistas que no se encuentran en esta clasificación. Algunos tienen títulos iguales con autores diferentes, en otra revista hallé que un trabajo que se publicó en el 2012 y que aparece en el índice fue previamente publicado en 1987. También encontré en más de una ocasión que un trabajo escrito en inglés se traduce al español y se publica como un nuevo trabajo. Con esta pequeña indagación los elementos detectados me hacen preguntarme sí este índice de Google Académico es totalmente confiable y sí refleja con exactitud la realidad del valor de los trabajos citados.

Algunas conclusiones.

Como pregunté en la primera entrada sobre este tema, cuál es el impedimento de las revistas a modificar su estructura para acercarse al verdadero formato digital. Por qué el enlace a un video no se toma en cuenta en un trabajo científico si todos conocemos que es una prueba documental de alto valor testimonial. Por qué varias revistas limitan las imágenes o las reducen a formatos de baja resolución o en blanco y negro. Por qué ninguna de las revistas consultadas emplea el formato EPUB, o por qué la mayoría solo están disponibles para una lectura en la pantalla de la computadora y no en un dispositivo móvil.


Por qué ninguna de las revistas que revisé emplean códigos Qr o elementos de realidad aumentada, será posible seguir creyendo en el índice h5 de Google, si con una revisión a la ligera detecté errores y plagios. Son preguntas para los expertos

1 comentario:

  1. Excelente análisis Carlos. Feliciaciones por este trabajo inicial. Saludos desde Perú.

    ResponderEliminar