Donde yo nací, donde me crié, donde me formaron así comienza
una popular canción de Pablo Milanés, el grande de la Nueva Trova cubana, que
la pido prestada para escribir de mi Habana. La Habana que llega a sus 497 años rebosante de energía y llena de turistas.
La Habana es la ciudad donde el reloj camina más despacio,
la vida es menos rápida y la gente vive más. Los vecinos son por casi toda
la vida y muchas veces hasta que la muerte los lleve al descanso final. Usted
puede salir al balcón de su casa y pedir al vecino más cercano un poco de
azúcar o un limón y el pedido pasa de balcón en balcón hasta que a sus manos
llega el limón más fresco de todo el vecindario.
En las mañanas el olor a café salta de una casa a otra, se
filtra por las rendijas de las puertas y nunca adivinamos si es del vecino de
la derecha, el de los altos o el de la izquierda. Los timbres de los teléfonos
tienen el mismo sonido en casi todas las casas y tampoco reconocemos si el que
se escucha es de nuestra casa o el de los vecinos más cercanos.
Dos lugares populares de La Habana donde acceden a la conexión Wifi |
La Habana es la ciudad donde la economía estatal arrastra muchos de los malos hábitos del extinto sistema socialista y que limitan la innovación del habanero. En La Habana los restaurantes privados, no son restaurantes, son paladares y durante muchos años les llamaron bonsái ya que solo podían contar con 12 sillas, como los doce apóstoles o la conocida cinta “Las doce sillas” todo un clásico del cine cubano.
La entrada de una paladar en una casa de dos plantas, un plato típico cubano |
El metrobus y el P, sustitutos del camello |
Es la Ciudad donde los autos norteamericanos de los años 40,
50 y 60, pierden su marca para ser llamados almendrones. Ellos no compiten con los
modernos Audi, Mercedes y de otras marcas y modelos, simplemente ganan en
cantidad, colores, contaminación y pasajeros.
Los habaneros, no tienen necesidades, ellos resuelven, lo mismo reparan un colchón en el medio de la calle, que la habitación de puntal alto la dividen a la mitad entre el techo y
el piso y donde antes dos camas ocupaban todo el espacio, ahora la ocupan
cuatro, gracias a la barbacoa, que nada tiene que ver con la conocida expresión
culinaria.
No hay cable de televisión, solo canales nacionales que cada
vez menos personas sintonizan, a excepción del horario de la telenovela y la
pelota. Pero el habanero es inventor por nacimiento, ante la falta del cable, creó
el paquete. Es una selección de lo más actual en el mundo de la televisión, si
quiere ver la última serie de Juego de Trones, en La Habana se ve primero que
en muchos otros países. El paquete es moderno, cabe en una memoria USB o en un
disco externo de 1 Tb, los noticieros y los documentales del paquete, tienen
más credibilidad que Telesur.
A la izquierda la barbacoa de una casa, dividida a la mitad solo se puede aprecia desde el frente de la vivienda. Reparación de un colchón |
Pero La Habana y toda Cuba por obra y gracia de la burocracia económica, tiene dos monedas nacionales, ambas se llaman pesos, pero solo el
cubano sabe identificarlo. Cuando le dicen 10 pesos, generalmente son 10 pesos
de la moneda oficial, la que se describe en Wikipedia. Pero cuando le dicen 10
fulas, 10 chavitos o 10 CUC, son 10 pesos de la otra moneda que equivale a veinte y cuatro veces más.
Pero aún con monedas todos saben la conversión y lo mismo pagas el ómnibus con cuarenta
centavos nacionales, que con cinco centavos de la otra moneda. En fin los
habaneros son grandes matemáticos, el mejor ejemplo Baldor, el del libro de
matemáticas que muchos creímos era árabe por la portada de su libro, pero habanero
de nacimiento.
La Habana es la ciudad de las columnas, como expresó Alejo Carpentier, la de las sábanas blancas de Gerardo Alfonso, es la ciudad más
coqueta que una flor, como canta Xiomara Laugart, es la capital por donde
pasaron las grandes figuras de los últimos dos siglos, desde Humbolt, Einstein
y todos los actores y directores del cine norteamericano de la primera mitad
del siglo pasado, sin olvidar a los premios Nobel Hemingway y García Márquez.
Por eso nadie duda que entre cientos de ciudades, la Habana es la ciudad maravilla, es la ciudad de todos.
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