La función estratégica del docente es irreemplazable: determinar qué debe aprender el estudiante según su perfil, contexto y necesidades. Solo el educador, con su experiencia y juicio pedagógico, puede diagnosticar las aspiraciones de sus alumnos y trazar un plan formativo significativo para ellos. Los profesores aportan un conjunto de habilidades humanas únicas que ninguna inteligencia artificial puede emular plenamente:
- Empatía
y apoyo emocional: Los docentes comprenden las
emociones y motivaciones de sus alumnos, adaptando su enseñanza para
atender sus necesidades afectivas. La IA, por muy sofisticada que sea,
carece de empatía y no puede responder a las sutilezas emocionales del
estudiante (Luckin, 2018).
- Conocimiento
contextual profundo: Un profesor conoce el
entorno social y cultural de sus alumnos. Gracias a esa comprensión del
contexto, diseña experiencias de aprendizaje relevantes y significativas,
una riqueza de conocimiento situacional que la IA no alcanza a igualar (Williamson
& Eynon, 2020).
- Estímulo
de la creatividad y el pensamiento crítico: Los
buenos docentes plantean preguntas desafiantes, fomentan debates y motivan
a sus alumnos a pensar por sí mismos. La inteligencia artificial, en
cambio, opera con patrones y datos preestablecidos, sin la capacidad de
inspirar genuinamente la creatividad o el juicio crítico de un estudiante (Zawacki-Richter et al., 2019).
Si aceptamos que no se trata de subirse a un ring contra la IA, sino de subirse al mismo barco, el siguiente paso es pasar a la acción colaborativa y reflexiva. La tecnología por sí sola no mejora la educación; son los educadores, con su visión y liderazgo, quienes pueden lograr que la IA sume y no reste. ¿Qué podemos hacer los docentes para forjar esta alianza estratégica hombre-máquina en nuestras aulas? Algunas líneas de acción incluyen:
· Formación continua en IA: Mantenernos al día y adquirir competencias digitales relacionadas con la inteligencia artificial es clave. Los educadores debemos capacitarnos en el uso eficaz (y límites) de estas tecnologías para poder aprovecharlas al máximo en el aula. Iniciativas recientes, como marcos de competencias en IA impulsados por organismos internacionales, subrayan la importancia de la preparación docente en este ámbito.
Levantemos entonces la mirada más allá de falsos combates: el aula no es un ring de boxeo, sino un espacio de encuentro y co-creación. En esa arena colaborativa, el docente marca la estrategia educativa y la inteligencia artificial aporta sus mejores técnicas.
Un ejemplo concreto es el uso de plataformas como NotebookLM.ai, que permiten analizar los textos previamente seleccionados por el profesor, considerando el tema, los objetivos de aprendizaje y el perfil del estudiante. A partir de esa base, el sistema genera propuestas didácticas que pueden materializarse en resúmenes, guías de lectura o esquemas interactivos. En el blog comentamos el empleo de este recurso como libro de texto. De manera similar, las herramientas de creación de podcast apoyadas en IA ofrecen opciones para transformar los contenidos en recursos auditivos, adaptados al nivel de comprensión y a la intencionalidad pedagógica que trace el docente, como se muestra en la siguiente imagen:
Así, la IA no sustituye el juicio profesional del maestro, sino que amplifica sus posibilidades: organiza, sintetiza y presenta los materiales de acuerdo con el propósito que el profesor determine, incluso alineándolos con diferentes niveles de las taxonomías de Bloom. Investigaciones recientes destacan precisamente que la IA puede ser un apoyo valioso para diseñar experiencias de aprendizaje que transiten desde la comprensión básica hasta la creación innovadora, siempre que exista una mediación docente crítica y reflexiva (Zawacki-Richter et al., 2019; UNESCO, 2023).
Trabajando en equipo, podemos lograr una educación más personalizada, inclusiva y eficaz, donde cada estudiante alcance su máximo potencial sin que nadie quede atrás. Al final del día, la victoria no será de la IA ni del profesor en solitario, sino de una comunidad educativa que aprende a integrar lo mejor de la tecnología con lo mejor de la pedagogía, manteniendo siempre al ser humano en el centro del aprendizaje.
Conclusiones
En definitiva, el futuro de la educación no se juega en un ring donde docentes e inteligencia artificial midan fuerzas. Se construye en un espacio compartido donde ambos aprenden a coexistir y complementarse. La función del maestro, lejos de debilitarse, se engrandece al recuperar su papel estratégico: definir qué aprender y para qué, guiando con sensibilidad humana los procesos que ninguna máquina puede imitar. La IA, por su parte, encuentra su verdadero sentido como colaborador técnico, un apoyo que permite diversificar las formas de enseñar, personalizar los itinerarios y liberar tiempo para aquello que constituye la esencia de la docencia: el acompañamiento humano, la inspiración creativa y el desarrollo del pensamiento crítico.
Aceptar esta alianza no significa renunciar a la vigilancia crítica ni a la ética; al contrario, implica asumir la responsabilidad de que la tecnología se use con sentido pedagógico, equidad y respeto. El aula del siglo XXI no será un cuadrilátero, sino un laboratorio de co-creación donde la pedagogía y la IA se potencien mutuamente. Solo así la victoria será compartida: una educación más inclusiva, personalizada y profundamente humana, donde la tecnología se ponga al servicio de la formación y no al revés.
Referencias:
Holmes, W., Bialik,
M., & Fadel, C. (2021). Artificial
Intelligence in Education: Promises and Implications for Teaching and Learning.
Center for Curriculum Redesign.
Luckin, R. (2018). Machine learning and human intelligence:
The future of education for the 21st century. UCL IOE Press.
Selecciones del Reader's Digest ". Tomo XIV jul-dic. 1947. EUA.
Pág. 171.
Selwyn, N. (2022). Education and Technology: Key Issues and
Debates (3rd ed.). Bloomsbury Academic.
UNESCO. (2023). Guidance for generative AI in education
and research. París: UNESCO.
Williamson, B.,
& Eynon, R. (2020). Education
technology and datafication: A critical perspective. Learning,
Media and Technology, 45(1), 1–6.
Zawacki-Richter, O.,
Marín, V. I., Bond, M., & Gouverneur, F. (2019). Systematic review of
research on artificial intelligence applications in higher education – where
are the educators? International
Journal of Educational Technology in Higher Education, 16(1), 39.
https://doi.org/10.1186/s41239-019-0171-0
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