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domingo, 1 de marzo de 2015

Sí la culpa la tiene el celular: no lo prohíbas



Semanas atrás nos enteramos de la resolución del Ministerio de educación de Bolivia, donde se prohibe para maestros y estudiantes el empleo del celular en las escuelas. La medida aunque data del pasado año no se había puesto en vigor hasta el presente. En su artículo 108, la instructiva escolar indica la "prohibición de estos aparatos móviles tanto en estudiantes como en docentes durante el desarrollo de las actividades curriculares que se realizan en el aula" por considerar que interrumpen las labores educativas. 

Imagen realizada por el autor.
El propio mandatario Evo Morales, en la inauguración del curso escolar de este año, señaló: “.. que profesores y estudiantes manejen celulares en clases es una falta de respeto para ambos. El mandatario planteó este tema por quejas de padres de familia que observaron a algunos profesores dando clases haciendo uso del celular”. 

Otros funcionarios educacionales declararon ante las quejas de estudiantes por la absurda medida: "...que se debería tomar en cuenta que a causa de estos celulares se han producido muchos asaltos, inclusive se han denunciado pérdidas dentro del establecimiento y si ahora quieren utilizarlo para comunicarse con sus familiares, los estudiantes deberá ser fuera del colegio y en horas fuera de clases”. Por suerte son solo funcionarios que en una próxima gestión de seguro no continuarán en su cargo. 

En fin la noticia podría dejarse pasar, pero todos conocemos que además de inoperante es en extremo contradictoria. Veamos por qué.

Empecemos por la realidad.
 
Según datos del INE (Instituto nacional de estadísticas) el número de líneas móviles en el país es equivalente al 97% de la población, lo que significa casi una línea por habitante.  Esto influye que muchos estudiantes tienen un celular y sus padres también los que muchas veces los emplean como medio para mantener la comunicación con sus hijos y estos a su vez para comunicarse con sus amigos y compañeros de clases.

Los estudiantes actuales se han convertido en individuos móviles, llevan su información consigo, la intercambian en la clase y fuera de esta. Un tercio de la población nacional que tiene acceso a Internet lo hace desde el móvil. 

El empleo del celular es un fenómeno social que se incrementa por la multiplicidad de posibilidades y aplicaciones que emplean, en especial aquellas vinculadas a la comunicación y a la facilidad en el manejo de esta. Dicho uso es uno de los causantes del concepto de aprendizaje móvil.

Qué se pierden

En el reciente Informe Horizon 2015 donde se sugieren las tendencias, retos y tecnologías más importantes para la educación en general y en particular para la enseñanza superior, se destaca: 
 
La evolución del aprendizaje en línea” Donde se enfatiza en el desarrollo del elearning como alternativa a algunas formas de educación presencial y se reconocen la existencia de áreas de investigación importantes para mejorar este tipo de aprendizaje como: analíticas de aprendizaje, aprendizaje adaptativo, combinaciones de herramientas innovadoras síncronas y asíncronas, entre otras. A esto es necesario agregar la existencia del mlearning también conocido como aprendizaje con el empleo de dispositivos móviles, que cada día tiene un incremento sustancial. Entre sus pilares está la portabilidad de los medios, el uso inmediato y la movilidad del estudiante. 

Replanteamiento de los espacios de aprendizaje
. En ello toman en cuenta las nuevas formas de aprendizaje como el aula invertida o flipped classroom que se apoya en el paradigma del aprendizaje activo el que requiere mayor movilidad, flexibilidad y emplear múltiples dispositivos, entre ellos el celular.


Las clases de Geografía e Historia no son las mismas desde que existe Google Earth y con la existencia de múltiples aplicaciones para celulares, el profesor con el mapa y el libro en su clase es un recordatorio de lo que aburre e impide la motivación.

Lo mismo sucede con Matemáticas, donde el número de aplicaciones portables crece cada día
y con Física y Química otro tanto.

La lista resulta interminable y con las más de 80 mil aplicaciones educativas que existían el pasado año es fácil comprobar que negar el uso del celular en la clase es dar la espalda al desarrollo. Es más fácil seguir ignorando la existencia de un mundo fuera del aula, a la que el estudiante no se escapa, que asumir la realidad del empleo de los dispositivos en la clase. 


Al decir del Dr Lorenzo García entre los más jóvenes se está imponiendo la necesidad de la conexión permanente y al referirse a la conocida pirámide de las necesidades de Maslow se preguntaba: “Si no ubicamos esa necesidad de conectividad en la base de la hipotética pirámide, que sería demasiado, ¿en qué lugar la insertaríamos? 

Otro ejemplo del empleo del celular es la creación de cursos abiertos, como fue el caso del Wooc: “El trabajo en grupo con Google Drive” donde los participantes representaban a 16 países. Por suerte para ellos no tenían la prohibición de emplear el celular.  

Con el empleo del móvil en el aula se duplica el ahorro, no es necesario emplear tantas computadoras es mejor pasar al empleo de los celulares, dirigir hacia ellos la atención. Si los estudiantes crean un grupo en Whastapp el profesor puede participar, si desean buscar el significado de una palabra es más rápido en Wikipedia que abrir el diccionario o en última instancia su versión Web. Emplear el celular contribuye a facilitar el trabajo grupal, favorece el trabajo con la clase invertida, entre otras muchas otras ventajas didácticas.

En conclusión.

El celular debe actuar como un medio o recurso más en el aula, al mismo nivel que los restantes medios que el profesor emplea. Su uso se relaciona con los objetivos de la clase y estos se insertan dentro de la relación con contenidos y métodos. No se trata de usar el celular por la moda, pero mucho menos de prohibirlo. 

El celular bien empleado puede ayudar a ahorrar tiempo y disminuir el esfuerzo en la asimilación del contenido, acelerar, enriquecer y optimizar los procesos psíquicos que transcurren durante el aprendizaje, favorecer la motivación, el interés y la seguridad en el aprendizaje, la concentración de la atención, el acceso a la información con el empleo de varios canales y lograr una mayor retención en la memoria de los conocimientos adquiridos.

No estamos en la época de quemar libros pero tal vez con algunos negando la tecnología estemos en la época de quemar celulares.

3 comentarios:

  1. Interesante reflexión Dr. Carlos, gracias por compartirlo, espero que esta realidad cambie dentro de algunos años.

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  2. Me quedo con la frase que dice: El celular bien empleado puede ayudar a ahorrar tiempo y disminuir el esfuerzo... en todas las areas de nuestro aprendizaje.

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  3. La creación de un Wooc es un claro ejemplo de la utilidad que se le puede dar al celular, a fin de cuentas el celular es una herramienta que puede ser muy útil en la enseñanza-aprendizaje, tal y como lo menciona el Doctor.

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