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miércoles, 24 de octubre de 2018

La evaluación al profesor o la manera de no evaluar (parte 2)

En el anterior comentario expuse que el modelo de universidad boliviana propuesto por el CEUB no contiene una línea sobre la evaluación al profesor, al igual que el modelo académico de nuestra Universidad. En este post realizo un análisis de dos de los instrumentos de evaluación a los profesores. 

15 meses atrás realicé un análisis similar mostrando todas las preguntas que pueden ser revisadas aquí. Aunque  recientemente se informó que el cuestionario fue modificado, una revisión demuestra que los cambios son escasos, en algunos para empeorar la comprensión de la pregunta y en otros de orden cosmético. Por ello solo mostraré aquellas preguntas que llegan al absurdo evaluativo. 

El cuestionario de evaluación de los estudiantes a los docente se divide en siete partes:

  • Asistencia y puntualidad.
  • Formación del docente y planificación del proceso educativo.
  • Comunicación. 
  • Desarrollo del programa 
  • Desarrollo de las prácticas de laboratorio 
  • Evaluación 
  • Apreciación global


De las 25 preguntas con las que cuenta el instrumento se modificaron 11 y se agregó una nueva. Pero contrario a cualquier lógica de las 11 preguntas modificadas, 10 empeoraron su comprensión.  En la escala de medición se introdujeron los ítems Siempre y Muchas veces en sustitución de Siempre y Casi siempre. Entre los últimos al menos se puede establecer diferencia, pero entre los actuales ítems la diferencia es poca o nula.

El cuestionario mezcla en una misma parte áreas que son diferentes entre sí. Por ejemplo la formación del docente no debe ser un elemento a evaluar por parte del estudiante, tomando en cuenta que no es lo mismo que el dominio del contenido. A su vez la planificación del proceso educativo como se denomina en la encuesta debe estar unida con el desarrollo del programa. En resumen en la evaluación del estudiante se retrocedió con los nuevos cambios. 

El otro instrumento que parece salido de un cuento surrealista es la auto evaluación del docente y a la que también me referí hace año y medio. Dividido en cinco áreas se nota desde sus primeras preguntas la mezcla incongruente de diferentes elementos de evaluación.

Las áreas de este instrumento son:

  • Planificación del proceso educativo
  • Desarrollo del programa
  • Actividades realizadas en el período
  • Recursos
  • Apreciación global


Al igual que en el primer cuestionario comentado los cambios a la auto evaluación al profesor son de índole cosmética. En dos preguntas sustituyeron el ítem solo a medias por muy poco. En las preguntas donde se nos exigía mentir a los profesores que no realizamos prácticas de laboratorio, al fin, después de muchos años, añadieron el ítem asignatura sin práctica. Gran descubrimiento.

En la pregunta relacionada con el empleo de los medios se sustituye el ítem transparencia por el de aplicación móvil. Pero en esta pregunta como en otras no existe la opción nunca. Es decir aunque no emplee una aplicación de este tipo tiene que mentir y marcar otra de las opciones.

Este instrumento carece de cualquier lógica evaluativa. Las categorías de evaluación se mezclan en una suerte de poción misteriosa, donde no se llega a comprender la razón de la mayoría de las preguntas.

La primera pregunta es una obra maestra de la redacción.
 



Nos preguntan si entregamos la carta descriptiva, pero a su vez si esta tiene la planificación de las actividades y si guarda relación con el programa de la asignatura. Tres preguntas en una sola.

En las preguntas 7 y 8 la mezcla es digna de ser destacada con el premio a la incoherencia.



La pregunta 7 indaga por el cumplimiento del programa, pero la 8 interroga sobre las reuniones de coordinación. ¿Cuál es la relación con el desarrollo del programa?, en todo caso con la planificación que es la primera área del cuestionario.

Las preguntas 9, 10 y 11 superan cualquier sentido lógico, se apoyan en una concepción conductista del proceso pedagógico y son un atentado al enfoque por competencias que adopta la Universidad.



En la pregunta 9 cabe la interrogante, sí los exámenes parciales no tienen relación con los temas tratados, seguirán siendo exámenes parciales. ¿Es posible que un profesor pueda impartir un contenido, evaluar otros temas y todavía reconocer ese error?

La pregunta 10 sorprende por su contradicción. Exámenes prácticos relacionados con la teoría? La pregunta 11 obliga a retomar las concepciones conductistas donde el examen final tiene que ser la sumatoria de todos los contenidos. ¿Se enteraron que en la U existen nuevos diseños curriculares y todos bajo el enfoque por competencias?

La pregunta 18 se lleva el premio al absurdo.


Según los creadores de este tipo de cuestionario, los controles de lectura tienen que ser obligatorios, y sirven para validar la trasmisión y adquisición de conocimientos. De qué tipo de paradigma estamos hablando, por lo menos no es el constructivismo al que se adhiere la Universidad.

Ambos cuestionarios son incoherentes, retrasados en el tiempo, no se relacionan con las tesis del constructivismo social el cual es el paradigma rector de la Universidad, no toman en cuenta los nuevos diseños por competencia, favorecen la evaluación conductista y no consideran la innovación por parte de profesores y estudiantes.

Los resultados de dichas evaluaciones no son dados a conocer a los evaluados, lo que niega la esencia de la evaluación, cerrando la puerta a la modificación de los errores y deficiencias detectados. En resumen ambos instrumentos solo sirven a la burocracia ensombreciendo la labor de muchos profesores.

En el siguiente comentario propongo un formulario para evaluar al docente, apoyado en competencias

5 comentarios:

  1. La evaluación del docente se basa en el modelo académico de cada Universidad. Entonces el primer paso es reflexionar sobre este. Segundo hay definir cómo es el modelo de evaluación por competencias y adaptarlo a nuestra realidad docente de la Facultad. Finalmente este modelo si bien tiene categorías fundamentales para todas las carreras humanísticas debe tener a teorías diferenciadas por ejemplo para evaluar taller audiovisual. En Actividad Física o en Psicología. En resumen hay que reformar desde el modelo de la institución y de la formación profesional de cada programa.

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    1. Muchas gracias, la idea es que no se puede seguir evaluando al profesor de ese modo.

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  2. Hay muchos problemas de base en este cuestionario, la estructura de las preguntas,la concepción sobre la cuál se elabora,las preguntas no guardan relación con el momento del semestre en que se aplica, etc. Podríamos hacer una lista enorme, pero lo que preocupa más es que todo un departamento en la Universidad (porque esto no es tarea de una persona) crea que un listado de preguntas hacen una evaluación. Hace algunos años pedimos en una reunión con los docentes de psicología, que hagan un análisis de validez y confiabilidad; hasta la fecha no hay ningún reporte de ese estudio, por el contrario, los cambios de maquillaje como dice el artículo, manifiestan una ratificación sobre el cuestionario de base.

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  3. De acuerdo con lo que manifiesta Carlos, como docente hasta da verguenza contestar esas preguntas.

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  4. Las observaciones son correctas Dr Bravo. Por otro lado hay materias que por ser de carácter teórico no realizan laboratorio y esa pregu tas no resueltas van en perjuicio del docente evaluado

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