miércoles, 31 de marzo de 2010

Cómo perder la paciencia y morir en la recuperación

Es fácil perder la paciencia, suponga que está en un laboratorio (dicen es un laboratorio) con 40 máquinas y 40 estudiantes.. debe imaginarse un local donde solo puede pasar entre una fila de computadoras, con un aire acondicinado que típico de los países tropicales, calienta en verano y enfría en invierno. Aun no ha perdido la paciencia, le quedan otras acciones. Escucha una voz que dice, no me deja ingresar.. quién... Cuando aun no ha terminado de entender la queja llega otra... no me reconoce la clave.. y así son 40 quejas y reclamos... se lo puede imaginar por un minuto... Cuando ya parace que todo está resuelto, encuentra a alguien que se quedó tan atrás que debe volver al principio... recuerde el calor del local.. Ya perdió la paciencia.. o todavía.... Sigo después, pues hay varios estudiantes que están esperando revise sus cuestionarios....

lunes, 15 de marzo de 2010

El mal servicio de algunas empresas de Internet

Antes de empezar a leer, sí vive en Bolivia y usted se conecta a Internet, a través de AXS , pues lea esto con tranquilidad. En mi opinión no es solo pésimo su servicio, sino que siempre quiere hacer entender que la culpa la tiene el cliente. Esta carta se las hice llegar... Empresa AXS Estimados En reiteradas ocasiones tengo dificultades con la conexión a un grupo de páginas Web que administro, así como a otras páginas, que me generan enormes problemas, influyendo no solo en mi trabajo sino en mi imagen profesional. Realizar una cronología de los problemas que su Empresa me genera haría interminable esta carta, con la seguridad que caerá en un escritorio para no ser leída, al igual que mis innumerables quejas. El pasado año comuniqué varias veces que no podía ingresar a varios sitios, no solo mis páginas. Las respuestas siempre fueron que eran culpa del cliente, hasta que al final decidieron darme una dirección IP fija y se resolvió el acceso a varios sitios, no así el de mis páginas. Hice nuevamente reclamaciones en el mes de diciembre, un técnico de la Empresa pasó casi toda la mañana comprobando que el error estaba en su servicio y no en mi computadora. Por último decidieron cambiar el modem y el servicio funcionó bien, hasta que en la segunda semana de febrero no pude acceder más a mis páginas Web, que al final escribo sus direcciones. Después de muchas discusiones y llamadas personales a La Paz (gasto que su empresa no me paga) vino un selecto grupo de sus técnicos a mi casa, con su computadora, para darse cuenta que el error seguía siendo en su servicio, no es mi computadora. Cambiaron de nuevo la dirección IP y para colmo se les olvidó realizar los cambios en su sistema y me dejaron sin Internet los días 14, 15 y 16 de febrero. Nuevamente desde el 12 de este mes sigo con el mismo problema, ustedes me impiden ingresar a mis páginas. Cada vez que se llama al servicio técnico, parece la respuesta de un robot, haga esto, lo otro. Por favor hay que se consciente que el problema es de su Empresa, la culpa no es del cliente. Estos problemas de conexión a mis sitios influyen de manera directa en mi imagen profesional. El pasado año tenía programada con una universidad venezolana una video conferencia, que tuve que cancelar pues me fue imposible acceder a la misma, pues su Empresa me bloqueó el acceso. Lo mismo me sucedió en diciembre en la participación a un Congreso celebrado en México, donde justamente el día que las personas debían acceder a uno de nuestros sitios, el único que no pudo acceder fui yo. Tuve que salir a buscar un café Internet para desde allí conectarme. Increíble paradoja, obra y gracia de la incompetencia de la Empresa. ¿Para qué disponer de Internet en la casa, sí no la puedes emplear? El colmo se da cuando conecto una de mis computadoras a un servicio Tigo y puedo navegar desde la misma máquina que antes y con el servicio de su Empresa no lo puedo hacer. Lo mismo sucedió este sábado 13 de marzo, donde tuve que buscar otra empresa para conectarme, pues esta Empresa por enésima vez me cierra el acceso. La lista de los problemas que me genera la empresa es interminable, influye no solo en mi imagen profesional, sino además en un profundo estrés, pues no puedo cumplir con mi trabajo. En la actualidad requiero ingresar a toda hora a mis sitios, pues en todas las universidades con la que trabajamos se iniciaron las clases, y siempre aparecen problemas de olvido de contraseñas, nombres de usuarios, preguntas de los profesores entre otras preguntas y reclamos. Cabe preguntarse, por qué un problema técnico que se repite con frecuencia no es resuelto. Dónde está la profesionalidad de las personas que deben resolver ese problema. Así es como se premia la fidelidad de un usuario que desde los inicios de la Empresa en esta Ciudad confió en ellos. Mi trabajo se extiende a varias universidades de la Ciudad, en los momentos actuales tenemos cerca de 35 mil usuarios, entre profesores universitarios, directivos y estudiantes. No nos queda otra alternativa que enviar correos a todos los usuarios explicando los problemas que la Empresa me crea y como influye en la relación con ellos. De igual modo tenemos que comunicar en nuestros sitios este problema que impide comunicarse con los usuarios, salvando pro supuesto de alguna manera nuestra responsabilidad. Exijo una solución definitiva, además de un resarcimiento a las muchas horas de tiempo de conexión perdido y en especial a mi imagen profesional. Espero que la carta no se quede guardada, como la solución a este grave error de la Empresa. Atentamente DrC. Carlos Bravo Reyes cbravo@catedradigital.info 15 de marzo del 2010 PD. Relación de algunas de las páginas a las que la Empresa me impide el acceso. http://aula.catedradigital.info http://prueba.catedradigital.info http://emipg.catedradigital.info http://aula.uagrm.info http://crea.uagrm.info http://pab.uagrm.info http://virtual.catedradigital.org

miércoles, 10 de marzo de 2010

Receta para las claves

Con Internet renació el concepto de la propiedad privada y exclusiva. Ahora la carta que nos enviaba una persona querida, no había que esconderla y alejarla de la vista de los demás.

Nadie se enteraba de esa correspondencia íntima y lo mejor que podía ser mantenida con varias personas a la misma vez, sin levantar sospechas de nadie.

Internet nos regaló ese medio; el correo electrónico.

La privacidad de ese medio, está garantizada en parte. Tenemos un nombre de usuario y una clave, que es probable pueda ser detectada por un intruso. Pero esta tarea a nivel de las personas es una tarea muy compleja para solo leer un correo íntimo y mucha propaganda, por ello me parece que este tipo de hackeo, como algunos le dicen es poco probable.

Pero dónde está el sentido de mi comentario, en las claves para acceder a ese correo y por ende a otros muchos sitios.

Muchas veces escucho a mis estudiantes reclamar que el sistema de las aulas digitales no les deja acceder, "la computadora no me deja ingresar" es la frase mas escuchada.

Siempre les pregunto: ¿Cuál es el nombre de esa traviesa computadora?. Le puedo decir que te deje ingresar, por qué a ti y no a otro, es qué las computadoras, léanse máquinas son excluyentes….

Entonces mi receta para eso es fácil.

1- Revise en su cuaderno, en ese pedacito, oscuro y sucio por las veces que lo leyó el nombre de la clave.
2- Permitió que Firefox, empleado desde su memoria USB, guarde su contraseña.
3-Sí aun no lo encontró, pruebe con varias combinaciones; su número de celular, el nombre de su mascota (puede ser también humana ) su fecha de nacimiento y así hasta agotar y rendir a la computadora.
4- Pruebe con el sistema de recuperación de claves de muchos sitios. Sí usa Hotmail revise en su carpeta de spam, casi siempre los mensajes importantes Hotmail los considera spam y los que lo son de verdad, van a la carpeta de recibidos. ¿Será tonto este sistema?
5-Sí todo lo anterior no dio resultado visite al médico, le recetará un tratamiento para su memoria….

En fin no es el profesor el responsable de su memoria, es usted y solo usted.

lunes, 1 de marzo de 2010

Crónica de un despertar demasiado temprano. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Casi todos los días me levanto a la misma hora, cuando el sol empieza a proyectarse sobre la ventana de mi habitación, que aun con cortinas deja filtrar parte de su luz.

En ese momento parece que mi reloj interno, sí es que existe, me dice muy bajito:

- No sigas durmiendo, para qué perder el tiempo en la cama, si puedes salir, escuchar las aves cantando (por cierto algunas deberían quedarse mudas de lo ruidosas y chillonas que son), ver el sol salir, me dice mi reloj interno y me pregunto: (qué sol si en estos días no se ve)

Me convence mi reloj y me levanto, esta vez a escribir un libro que me han pedido y que se me está antojando va a ser más largo de lo que pronostiqué.

Pero hoy fue el fin del sueño. Mi esposa que se levantó temprano, hizo toda la bulla posible, desde la puerta del cuarto que cierra cuando le da la gana, hasta la del baño que nos enseñó una armonía de ruidos. Llegué a odiar las puertas, las arrancaré de sus marcos.

Un rato después el perro de la casa, el pobre, viejo como está, es un chinchoso de primera categoría y sale a la verja de la calle a ladrarle a cuanta persona ve pasar, el muy desgraciado debería quedarse mudo, al igual que algunos pájaros, serán de la misma familia?

Dispuesto a seguir un rato más en mi sueño, empiezo a escuchar las estridentes y desafinadas cornetas de los repartidores de gas, será posible que alguien se las coloque en sus oídos para que queden sin tímpanos.

Pero ya cuando el silencio volvía y con el él sueño raptado, una escoba empieza a moverse y barrer el patio de la casa del lado, increíble la vecina a las seis y media de la mañana estaba barriendo el patio, la madre que la parió.....

Me senté a escribir el libro y para llegar al máximo, los policías del Colegio del frente de mi casa, entablaron una sinfonía de silbatos, demostrando que tienen los mejores pulmones de todos los policías de la Ciudad, unido a los chóferes que con sus desubicadas bocinas ponen a todos al máximo del ruido.

En fin, ya no se sí hay ruido o no, quería escribir y me salió de esta manera.

Carlos Bravo Reyes
Marzo 2010