La mayoría de estos medios surgieron en un contexto en el
que, si bien no dejaban de tener un rol educativo no poseían una función
didáctica explícita. Estos medios al ser incorporados al proceso pedagógico se
insertan en una dinámica diferente en la que a sus posibilidades comunicativas
y estéticas se suman las pedagógicas.
Al insertar estos medios en situaciones de aprendizaje, en
un proceso pedagógico cuyo propósito no es solo que el estudiante aprenda sino
que también se eduque, se activa una complicada red de relaciones entre los
componentes, se establecen vínculos de carácter obligatorio y jerárquico en la
que los medios se subordinan a objetivos, contenidos y métodos sin que por ello
se establezca una linealidad en el análisis de dichas relaciones
El tema del comentario surge después de leer un reporte
especial de “America Learning & Media”, donde se valora el llamado
m-learning. Esta concepción se apoya en el empleo de dispositivos móviles, en
especial el celular.
Imagen tomada de Gerencia Social |
El celular es un medio más, que como los anteriormente
mencionados, surge en un contexto diferente al del aula. Por tal razón su
inserción en el recinto educacional debe valorarse desde las posibilidades didácticas
de los medios en un sentido general. Entre estas se pueden citar:
- Ahorrar tiempo y disminuir el esfuerzo en la asimilación del contenido.
- · Acelerar, enriquecer y optimizar los procesos psíquicos que transcurren durante el aprendizaje.
- · Favorecer la motivación, el interés y la seguridad en el aprendizaje.
- · Favorecer la concentración de la atención.
- · Facilitar el acceso a la información con el empleo de varios canales.
- · Lograr una mayor retención en la memoria de los conocimientos adquiridos.
- · Contribuir a la formación de habilidades, hábitos y valores.
A partir de estas posibilidades didácticas hay que analizar
las características del medio, en especial aquellas que permiten su
incorporación a la actividad pedagógica.
En este caso es necesario estudiar la capacidad de
visualización del medio, la cantidad y tipo de información que puede trasmitir,
las posibilidades de organizar los contenidos y su acceso a otros con
facilidad. A su vez y tratándose de un medio individual se debe valorar la
disponibilidad del medio entre los alumnos, su actualización y en especial las posibilidades de cada tipo de celular.
A lo anterior se unen otros elementos propios de la Red,
como es el caso de la adecuación a la pantalla del celular de los sistemas y
páginas Web, las velocidades de conexión, las actualizaciones del soft de los
celulares, la memoria de almacenamiento, los costos de su uso, entre otros. Estos elementos tanto técnicos como pedagógicos deben ser estudiados
detenidamente antes de incorporarlo a la clase.
Comprendemos que el método es quién determina el medio, pero
sí decidimos emplear el celular en actividades de aprendizaje hay que partir
que no se pueden organizar de la misma manera que sí se emplea otro medio. En
este punto es dónde se corre el peligro de hacer fracasar cualquier intento de
uso de este medio en el proceso pedagógico. No le veo sentido alguno a leer en
la pantalla del celular un documento, cuando es más fácil en la pantalla de la
computadora. Aquí de nada vale la movilidad, argumento de algunos para
justificar el uso del celular en la clase, pues esta también existe con las
netbook, tableta y otros medios similares.
El celular puede ser considerado como un medio del proceso
pedagógico, seleccionado en función de lo que se desea alcanzar y en
correspondencia con los métodos y demás componentes didácticos de dicho
proceso. No se trata de emplearlo por novedad o porque todos los estudiantes
tienen uno en su poder.
Es un error pedagógico usarlo por el concepto de innovar en
la clase, aferrándonos a un entusiasmo pasajero, como tampoco es válido suponer
que se logra un mayor aprendizaje, por la sola razón de su novedad. No
olvidemos que siempre las empresas de telecomunicaciones son las ganadoras en
este entusiasmo y muy pocas contribuyen a la educación.
Pensar de ese modo solo puede llevarnos a una profunda
desigualdad entre los estudiantes, en marginar a unos e incrementar la brecha
tecnológica entre muchos.
No hagamos del celular un medio que en vez de ser utilizado
con razones pedagógicas se transforme en un medio excluyente.
No me creo nada, quizá con un grupo de estudiantes modélicos pueda resultar provechoso, pero la realidad de nuestras aulas (las que yo conozco)de lo único que serviría para entorpecer y distraer el normal desarrollo de la clase. Las desviaciones al estado de tuenti, los mensajes de Whatsapp, las chorraditas de Facebook y demás serían los usos normales que se le daría a los móviles dentro de clase.
ResponderEliminarProbablemente en las primeras clases o con la novedad de poder usar estos dispositivos se produzca una dispersión; pero no por ello hay que negarse a la experiencia y a que adquieran la madurez para su uso. Es lo mismo que cuando le pasamos un lápiz a un niño. Primero hará rayas por todos lados, pero finalmente aprenderá a escribir.
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