El punto de partida de cualquier tipo de curso es su organización. Esta comienza por la caracterización de los posibles participantes, los objetivos a cumplir, los contenidos, así como la selección de los medios o recursos necesarios para ejecutar el curso. En otros trabajos en este blog comenté sobre el Diseño instruccional de un Mooc, aplicable también en esta ocasión.
En el curso “30 días de fotografía educativa” empleamos
la plataforma de la Red CUED donde se pueden crear foros y páginas, enviar
comentarios a algunas redes sociales, añadir fotografías y videos, entre las acciones
más significativas. Tres de las cuatro páginas creadas en el curso fueron las
más activas. Dos de ellas se ocuparon en recopilar direcciones de programas de
edición fotográfica y tutoriales relacionados con la fotografía y con el uso de
los dispositivos móviles como cámaras.
Con todas las direcciones recopiladas en ambas
páginas se realizó un mural interactivo que contiene más de 80 direcciones de
interés. El mural puede ser compartido e insertado en otros sitios desde esta
dirección.
De las páginas creadas la que mantuvo durante más
tiempo la discusión fue la denominada: “Entre la cámara y nosotros”. El debate se centró en la composición fotográfica, sin reducirlo a técnicas, reglas y
propuestas específicas que es un tema tradicional en los cursos de fotografía.
En este caso tratamos de provocar la intervención de los participantes sin
partir de ataduras técnicas, aprovechando la experiencia como fotógrafos de
ocasión. Considero que de comenzar el curso discutiendo las conocidas reglas
fotográficas, muchas personas se habrían limitado en la cantidad de fotos a compartir y otros se
dedicarían a revisar las reglas antes de tomar una foto.
Evitar dicho debate facilitó la cantidad de
fotografías compartidas, que como mencionamos superó las 1100, ocupando algo
más de 1 Gb de espacio. Sin embargo es necesario aclarar que el compromiso era
enviar al menos 10 fotos de los 30 temas sugeridos. Varios participantes no
dejaron de enviar una foto diaria, a veces dos y tres del mismo tema. Esto
justifica la cantidad de fotos, tomadas con todo tipo de dispositivo, algunas
editadas, otras modificadas para lograr determinados efectos pero todas de calidad
técnica y expresiva.
Uno de los retos técnicos del curso fue la
manera de almacenar las fotografías. En este sentido fue necesario valorar la
cantidad que diariamente se recibirían, la necesidad de acceder a todas las
fotos de manera rápida y sencilla y además visible para cualquier público sin
necesidad de inscribirse al curso. Esto último es una forma de romper con los
contenidos hasta cierto punto “cerrados” de algunos Moocs. Para resolver este
reto técnico se empleó Evernote, una agenda de la que muchas veces comenté en
el blog.
Con Evernote los participantes enviaron sus
fotografías a una dirección de correo electrónico propia de la cuenta empleada.
Con solo colocar en el asunto del correo @30 todas se almacenaban directamente en una
libreta con igual nombre. La casi totalidad de los participantes cumplieron con
estos requisitos y cuando algún correo no contenía el nombre de la libreta
siempre se recuperaba la nota enviada. Nuevamente Evernote nos ayudó a la
organización de un curso.
La intención de emplear Evernote en esta
ocasión tuvo otro propósito más y fue el de dar continuidad a un anterior curso
realizado en la Red CUED relacionado con el empleo didáctico de esta agenda
electrónica.
Cerrando el curso.
Como en todo curso de este tipo, más de la
mitad o no participa o se limita solo a ser observador, lo que no fue una
excepción en el nuestro. Tomando en cuenta que 113 personas respondieron la
encuesta de inicio, número que tomaré como los verdaderos participantes y
fueron recibidas algo más de 1100 fotos, da un promedio de 10 fotos por
persona. Con este dato puedo considerar que se cumplió la meta de compartir
como mínimo esa cantidad de fotos.
Sin embargo la mayor enseñanza del curso queda
en la convicción alcanzada que la fotografía no es para ser acumulada en el
celular o en la computadora, es para ser empleada y compartida. Por esta razón
la mayoría de los participantes buscaron entre sus fotos, revisaron más de una
vez sus archivos fotográficos, reviviendo momentos agradables, convirtiendo de
esta manera los 30 días de fotografía en el curso del recuerdo.
Añado un resumen de las opiniones recogidas en
la encuesta de culminación del curso.
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