Pizarra acrílica: No te soporto, llegaste y me
cambiaron de lugar, me desplazaron del centro del aula a un lado, me da el sol,
me llega el viento y estoy cubierta de polvo.
Pizarra digital: Lo siento por ti, pero la
modernidad es así, llegué última, pero soy la más importante, tengo muchas
personas que me visitan, las autoridades me acarician y hablan maravillas de
mí, de lo buena que soy, de lo importante de mi uso para el aprendizaje de los estudiantes
y que ahora todo será mejor. Pero qué dicen de ti.
Pizarra acrílica: Siempre fui la preferida,
todos vienen a mí, desde el estudiante más sabio, hasta el profesor más
estricto. No necesito de cables como tú, tampoco de computadoras, ni lápices
con baterías. Imagínate cuando las baterías se agotan no pueden trabajar contigo.
Pizarra digital: Pobre de ti, no tienes idea
de lo que significa el desarrollo, conmigo se puede hacer de todo. No necesitas
borrarte como a ti, los profesores y alumnos pueden hacer preciosos dibujos,
muestran videos con música atractiva, cambian los colores y a todos le encanta
trabajar conmigo.
Pizarra acrílica: Tienes razón, pero casi
siempre te veo dormida.
Pizarra digital: Cómo es eso de dormida, nunca
duermo, basta solo apretar un botón y estoy lista.
Pizarra acrílica: Como mi memoria no falla, ya
que no requiere de computadoras, desde que te colocaron en el aula, pocas veces
veo que te encienden, casi nadie te conecta a la computadora y delante de ti
hay muchas sillas, en cambio a mí siempre me emplean.
Pizarra digital: Envidia es lo que tienes, tan
moderna y linda como yo ninguna.
Pizarra acrílica: Mejor nos callamos que ya
entraron los estudiantes con el profesor. Ya verás si tengo razón, quién es más
empleada.
Profesor: Hoy vamos a trabajar en equipos de
tres personas y los resultados los van a escribir en estos papelógrafos que
traje, así ahorramos tiempo.
Ambas pizarras tienen virtudes muy valiosas pero no las aprovechamos al máximo,es una pena seguir ese tipo de ejemplo.
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