En el comentario anterior señalamos que el cine es un medio
de enseñanza que puede y debe ser empleado en clases. Su selección, al igual
que todos los medios parte de considerar objetivos, contenidos y métodos de la
clase o tema, las posibilidades de los estudiantes para trabajar con el medio,
así como las condiciones necesarias para su empleo.
En este último punto me detendré en el comentario actual.
Llevar la película a la clase puede parecer una tarea sencilla, en especial
cuando esta “cabe” en una memoria USB, en un DVD o en la computadora del
profesor, o en última instancia vista en línea. Su traslado es muy fácil y es
lo menos importante.
Cámara cinematográfica de los hermanos Lumiere. (imagen de Wikipedia) |
Emplear una película requiere por parte del profesor dos
tareas principales; la selección y la preparación de las condiciones para su
empleo.
La organización del local de clases es determinante en la
concentración de la atención del estudiante. Es necesario observar la
disminución de la luz, las condiciones sonoras, las tomas eléctricas y la
colocación de la pantalla. Durante la proyección el profesor no debe
interrumpir la película, como tampoco realizar comentarios ni pasearse por el
aula. Lo más adecuado es sentarse con los estudiantes y observar la película
hasta el final.
En el caso de la selección el profesor debe valorar
primeramente la relación del tema tratado en la película con los contenidos de
su clase o unidad didáctica. No se trata de mostrar una película como un acto
de recreación, sino de discutir su contenido. La película puede cumplir
funciones didácticas importantes, como las de introducción a un nuevo
contenido, la recapitulación de contenidos tratados anteriormente, la discusión
y evaluación de esos contenidos, entre otras.
Una vez que el profesor está convencido que la película se
ajusta a su clase y a sus estudiantes, el siguiente paso es preparar una guía
de discusión del filme. Parte del valor del cine como medio consiste en
preparar previamente al estudiante para el día de la proyección. Ese día el
estudiante no va a “ver” una película, como lo hace en el cine o en su casa, va
a “ver” la película para discutir su contenido.
En este punto es donde el cine se transforma en el medio que
favorece la formación de valores, que incrementa el interés por el aprendizaje
y aumenta la motivación por la asignatura. Lo anterior solo se logra sí una vez
concluida la proyección se discute el tema tratado tomando como punto de
partida la guía de debate.
Esta guía tiene un doble propósito; didáctico y estético. La
guía debe comenzar con una ficha técnica de la película; nombre, año de
producción, país, elenco técnico y artístico. Continúa con la sinopsis del
filme, donde se narra el tema tratado, sin revelar el final u otros elementos
de sorpresa. Debemos recordar que el estudiante observará la película como un
medio, como un componente de la clase y no por pura distracción.
A continuación de la ficha técnica es necesario señalar el o
los objetivos que se persiguen en la discusión de la película. De igual modo se
requiere advertir de aquellas partes de la película que deben ser observadas
con más atención, así como las preguntas básicas para iniciar la discusión una
vez finalizada la proyección.
A la guía se le debe agregar los premios y reconocimientos
que obtuvo la película, así como reseñar las principales críticas realizadas al
filme. Estos últimos elementos favorecen el análisis estético de la película.
La guía tiene que ser entregada previamente, con el objetivo
de lograr la preparación previa del estudiante.
Como señalamos hay que insistir
que no es “ver” la película para distraerse, sino “ver” la película como parte
de la asignatura.
Una vez concluida la
proyección se pasa al momento más importante que es la discusión. En este el
profesor organizará a los estudiantes para debatir el contenido de la película,
siempre a partir de lo plasmado en la guía. La discusión puede ser frontal,
donde el profesor lanza las preguntas de la guía o grupal donde cada equipo
discute por separado.
Es necesario que el profesor tome en cuenta estas
sugerencias, para que el empleo del cine adquiera el valor didáctico requerido
y que los estudiantes disfruten de otra manera la película. Llevar el cine a la
clase no es difícil, es una forma de elevar la motivación y el interés de los estudiantes
por nuestra materia y es una “aventura” inolvidable.
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