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Con la colaboración de Mercedes Leticia Sánchez Ambriz.
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La multimedia educativa
emergió como un pilar insustituible, revolucionando las aulas al integrar de
forma dinámica texto, imágenes, audio y video. Esta convergencia de formatos no
solo enriqueció la presentación de contenidos, sino que también abrió las
puertas a experiencias de aprendizaje más atractivas e interactivas,
permitiendo a los estudiantes explorar conceptos de maneras antes inimaginables
y adaptándose a diversos estilos de aprendizaje.
Al
respecto Vázquez (2000), define
a la multimedia como la combinación de
un solo sistema la imagen (estática y en movimiento, sintética o no,
analógica o digital), el sonido y el procesamiento de datos" (p. 83). Es
la coexistencia de estos diferentes lenguajes y códigos.
Permite
una interactividad limitada, como navegar a través de hipervínculos, reproducir
o pausar un video, o hacer clic en elementos para obtener más información. La
interacción se centra en el contenido y en cómo el usuario lo explora
dentro de una aplicación o archivo específico.
La
función principal de la multimedia educativa es presentar información de manera
más efectiva y estimulante, aprovechando las ventajas de cada medio para una
mejor comprensión. Por ejemplo, un CD-ROM educativo que combinaba texto con
videos explicativos, imágenes interactivas y ejercicios.
En
esta línea la multimedia tiende a ser relativamente lineal o con bifurcaciones
preestablecidas. El estudiante navegaba por un contenido diseñado, sin una
adaptación dinámica a sus respuestas o progreso.
El
concepto multicanal va más allá
de la simple combinación de medios dentro de un único recurso. Se refiere a la
provisión de una experiencia de aprendizaje coherente, personalizada y fluida a través de múltiples puntos de
contacto o "canales", que pueden incluir diversas plataformas,
dispositivos y modalidades, a menudo interconectadas. La clave es que el
progreso y la personalización se mantienen sin importar el canal que el
estudiante esté utilizando.
La libertad de navegar
Hoy el
estudiante puede iniciar una lección en su laptop, continuarla en una
aplicación móvil, resolver un problema con un asistente de voz, y luego revisar
su progreso en un tablero personalizado en línea, todo de manera sincronizada.
A
diferencia de la multimedia que se enfoca en el contenido, el multicanal se
centra en el estudiante y en cómo puede acceder e interactuar con el
aprendizaje de la forma más conveniente para él, en cualquier momento y lugar.
Aquí
es donde la Inteligencia Artificial
(IA) juega un papel crucial, al permitir que el sistema adapte el
contenido, el ritmo, la dificultad e incluso el tipo de retroalimentación
basándose en el comportamiento, el progreso y las preferencias del estudiante a
través de todos los canales.
Esto
transforma una secuencia predefinida en un "camino" de aprendizaje
único para cada individuo, donde puede intervenir tutores inteligentes,
chatbots, simulaciones adaptativas y sistemas de retroalimentación que aprenden
del estudiante.
Esto
transforma una secuencia predefinida en un "camino" de aprendizaje
único para cada individuo, donde puede intervenir tutores inteligentes,
chatbots, simulaciones adaptativas y sistemas de retroalimentación que aprenden
del estudiante.
Para comprender esta relación de multicanal, es
necesario citar a Henry Jenkins, particularmente sus
conceptos de "cultura de la convergencia" y "narrativa
transmedia". Aunque Jenkins (2006) los desarrolló inicialmente para
analizar el consumo de medios y la cultura popular, sus marcos teóricos ofrecen
una lente poderosa para entender cómo las experiencias de aprendizaje fluyen
hoy a través de múltiples plataformas y comunidades, lo que se aplica
directamente a la educación multicanal.
Jenkins
(2006) define la cultura de la
convergencia no solo como una fusión tecnológica de los medios, sino
como una convergencia de "flujos de contenido a través de múltiples
plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y
el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, que irían a casi
cualquier parte en busca del tipo de experiencias de entretenimiento que
desean" (p. 2-3).
Aplicado esto a la educación, el
multicanal educativo no es simplemente la posibilidad de acceder a un curso
desde una computadora o un móvil. Implica una comprensión más profunda de cómo:
·
El
conocimiento no se limita a un libro de texto o una plataforma LMS. Puede
manifestarse en videos de YouTube, podcasts educativos, simulaciones en
realidad virtuales, discusiones en foros online, o incluso juegos interactivos.
·
Las plataformas interactúan: Diferentes herramientas y
sistemas educativos ya no operan de forma aislada. La información sobre el
progreso de un estudiante en una aplicación de idiomas puede sincronizarse con
su plataforma de gestión del aprendizaje, y las preguntas formuladas a un
chatbot pueden influir en el contenido que se le presenta en un sitio web.
·
Los estudiantes son "audiencias migratorias": no esperan que el
aprendizaje esté confinado a un único "canal" o formato. Buscan, de
manera activa, las experiencias de aprendizaje que mejor se adapten a sus
necesidades, dispositivos y momentos del día. Se mueven fluidamente entre ver
una clase grabada en un bus, participar en un debate en línea desde casa, o
resolver un ejercicio interactivo en un tablet durante un descanso. La
educación multicanal reconoce y capitaliza este comportamiento.
En resumen,
al integrar los principios de la cultura de la convergencia y la narrativa
transmedia, la educación multicanal busca ir más allá de la mera disponibilidad
de contenidos en diferentes formatos. Aspira a construir un ecosistema de aprendizaje holístico, dinámico
y profundamente integrado, donde el conocimiento se construye y se
experimenta de forma fluida, personalizada y significativa a través de una rica
red de interacciones entre plataformas, contenidos y comunidades, todas
orquestadas para maximizar el potencial de aprendizaje del estudiante.
El docente multicanal
El docente juega un papel fundamental en
la creación y orquestación de recursos multicanal efectivo. Ya no se trata solo
de seleccionar herramientas, sino de diseñar experiencias de aprendizaje
fluidas y coherentes que aprovechen los distintos canales, por ejemplo:
·
Visualiza
el viaje educativo a través de diferentes canales
·
Reconoce
que cada canal (video, audio, texto, simulación, interacción con IA) tiene un
propósito único.
·
Desarrolla
pequeñas "piezas" de contenido diseñadas específicamente para un
canal. Por ejemplo, audios cortos para un podcast, preguntas rápidas para un
asistente de voz, o gráficos interactivos para una pantalla táctil.
·
Adapta
contenido según el progreso del estudiante, como sistemas de recomendación o
ejercicios adaptativos.
·
Configura
chatbots (con la supervisión del docente) para responder preguntas comunes,
liberando tiempo para interacciones más complejas.
Asumir
el rol de docente multicanal significa abrazar la innovación, cultivar la
curiosidad y, sobre todo, reafirmar nuestra vocación de guiar. Significa
construir puentes entre el conocimiento y las diversas formas en que nuestros
estudiantes lo adquieren, rompiendo barreras de espacio y tiempo.
Cada
video curado, cada chatbot configurado, cada simulación adaptada por IA, es un
paso hacia una educación más equitativa, atractiva y efectiva.
El docente multicanal no solo enseña; inspira,
conecta y empodera, forjando mentes preparadas para navegar
y prosperar en el complejo y fascinante mundo del mañana. Este es nuestro
momento para redefinir el arte de enseñar y liderar el camino hacia un futuro
de aprendizaje sin límites.
Referencia:
Jenkins,
H. (2006). Convergence culture: Where old and new media collide. New
York University Press.
Vázquez,
J. (2000). Multimedia en educación. Comunicar, 3(15), 83-88.
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