Casi al finalizar el año, fue publicado en el periódico “El
Deber” un artículo de Álvaro Puente, titulado "Juicio de responsabilidades". Más
que un artículo es una diatriba pública contra la educación superior.
El trabajo está lleno de errores sensacionalistas y pareciera
una persona resentida con la universidad, sea pública o privada. Los errores se
inician cuando señala que a los estudiantes no se les da ninguna competencia. Cualquier
persona que trabaje en serio en la educación conoce que las competencias no se
dan, no caen de ninguna parte, no están en nuestros bolsillos. Estas se
desarrollan en el estudiante, son complejas, difíciles de medir y dependen de
la organización del trabajo del profesor, de los recursos, de los métodos, de
las experiencias previas de los estudiantes, del tipo de contenido y otros
factores más. Eso lo aprendimos en la universidad y después lo venimos
aplicando.
Otro craso error, es señalar que los bachilleres tienen un
retraso de seis años, para esta persona sería necesario que la enseñanza
primaria y la de bachiller duren 18 años, tal vez encontremos al director de un
colegio que pueda extender la enseñanza por tanto tiempo. Pero el colmo de la
diatriba llega cuando ofende a los médicos graduados al decir que estos no
comprenden el cuerpo humano. Dónde están esos médicos tan analfabetos, al menos
los que conozco que no son pocos no caen en ese grupo.
Es obligado aclarar que en la universidad se enseña ciencia,
se hace ciencia y se desarrolla la ciencia y se hace desde cientos de años. No tenemos
un premio Nobel, no tenemos variedad de revistas científicas, no escribimos tanto
como lo esperado, pero no quita que no investiguemos. Que no podamos investigar
como debe ser es algo que en la diatriba se olvida, o tal vez no quiere
mencionar. Tenemos una Ley nacional que limita a los profesores universitarios ser
tutores de tesis de maestría o doctorado e impartir posgrados, así como también
recibir el pago por el tiempo dedicado a la investigación extracurricular, como
se hace en todas las universidades de este Planeta. Tal vez esa competencia indagatoria
esté fallando.
La universidad no vive en el país de los ciegos, se ilumina con
cientos de miles de personas competentes, que comprenden tanto la injuria expresada
en dicho trabajo como los beneficios que la universidad aporta para su vida. Pero
es increíble leer trabajos que solo ven lo negativo, que solo ven la paja en el
ojo ajeno. Es inaudito olvidar la incapacidad malsana de reconocer la virtud de
los miles de graduados de nuestras universidades, de las miles de horas
dedicadas a su formación.
Por ese camino recomiendo que no se enferme, que no lea, que
no respire el mismo aire que los demás, que no pase por debajo de los edificio ni
los puentes, tampoco circule por la aceras. Tampoco aconsejo quedarse en su casa, por
aquello que algún avión puede convertirse en un arma mortal. Pero le aconsejo
visitar nuestra Universidad, la Gabriel, darse ese baño de energía positiva que
a todos le viene bien.
Muy de acuerdo con Ud.profesor, no se puede responsabilizar solamente a la Universidad por un problema que es de nuestra sociedad y que empieza desde los más fundamental, necesitamos un marco legal que apoye plenamente al profesor universitario, que incentive al profesor de las escuelas primarias y secundaria y que estimule al estudiante a superarse para alcanzar la excelencia .. y no solo la mínima "nota" de aprobación... que es lo que actualmente tenemos en este sistema de formación en nuestro país. Pese a ello hay talento en nuestras universidades y estamos avanzando... sin embargo hay que acelerar el paso verdad?
ResponderEliminarMuy bien Dr.Bravo.Un abrazo...
ResponderEliminarExcelente artículo!...falta más motivación para generar más investigación desde la universidad.
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