El pasado año publiqué en este blog la primera parte de esta entrada, donde analicé desde el punto de vista de un usuario, la
estructura de las revistas científicas en formato digital. En dicha entrada comenté que varias de estas revistas migraron a dicho formato,
manteniendo
su esquema de cuando se publicaban en papel, con poca evolución al mundo
digital. Es difícil encontrar revistas donde se introduzcan códigos Qr,
elementos de realidad aumentada e incluso enlaces a videos que demuestren parte
del trabajo que se explica en el artículo.
A un año de dicho trabajo retomo mi pesquisa
sobre las publicaciones científicas, añadiendo un elemento omitido en el
anterior comentario, que es la forma de recepción, seguimiento y publicación de
estas revistas, en otras palabras el proceso de edición.
El número de publicaciones científicas crece cada día y con
ello surgen numerosos índices, bases de datos y otras formas de clasificar las
revistas, a veces más confusas que lo esperado en las formas de clasificación.
Estas inclusiones en diferentes bases de datos eleva el ego de varias revistas,
mientras en otras lo ven como un reconocimiento a sus autores.
Cómo es el
proceso de recepción, seguimiento y publicación de las revistas digitales.
Para responder a esta pregunta realicé una
indagación en los datos que Google Académico presenta de las cien revistas en español con mayor índice h5.
Para no revisar todas las revistas, lo que no creo necesario en esta entrada, realicé una selección al azar. Tomé las revistas que por su
orden de importancia terminaban en tres y seis. Puede parecer un error
estadístico, sí es que alguien quiere cuestionar la indagación, pero me sirvió para
gestionar mi búsqueda. En la revisión tomé en cuenta los siguientes parámetros:
- El artículo se puede leer y descargar en formato PDF.
- La revista dispone de otro formato diferente al PDF.
- El PDF es similar a un texto escrito en un procesador de texto.
- El PDF contiene columnas como un típico documento impreso.
- La revista utiliza un sistema de edición de publicaciones.
Los resultados de la
revisión.
Descarga directa del artículo en PDF. De las 20 revistas
tomadas en cuenta, 19 permiten de manera directa la descarga en PDF, la única
que no lo admite es debido a que se debe abonar para su subscripción. Es
probable que entre las revistas no analizadas, en especial las que pertenecen
al ámbito de la salud se encuentren otras que requieran de suscripción.
La revista dispone de
otro formato diferente al PDF. Del grupo estudiado, la mitad de las
revistas también se pueden leer en formato HTML, mientras que el resto solo en PDF.
Llama la atención que ninguna de las revistas incluidas en el estudio ofrece el
formato EPUB y mucho menos se adaptan a su lectura en dispositivos móviles. Son
revistas como señalamos en el comentario anterior que migraron al campo digital
y mantienen su estructura analógica.
El PDF es similar a
un texto escrito en un procesador de texto. En este punto un poco más de la
mitad de la muestra de revistas guarda similitud con un texto plano escrito en
cualquier procesador de texto. Los artículos que revisé de algunas de estas
publicaciones no contienen en su cuerpo enlaces a otros sitios Web, que no sean
los de la bibliografía.
El PDF contiene
columnas como un típico documento impreso. El resto de las revistas no
citadas en el anterior punto mantienen sus artículos en al menos dos columnas.
Todos conocemos lo incómodo de leer este tipo de trabajo en dicho formato, más
propio del material impreso que del digital. Por supuesto que estas revistas
tampoco tienen adaptaciones para su lectura en medios móviles.
La revista utiliza un
sistema de edición de publicaciones. Este es el punto más débil de muchas
de las revistas estudiadas. Dos de ellas tienen un sistema de edición similar
al OJS, cinco emplean este sistema, en tres de ellas no pude detectar el tipo
de sistema y el resto utilizan el proceso tradicional de enviar mediante el
correo electrónico el artículo al revisor y este lo evalúa según una planilla.
Como muchas revistas siguen manteniendo los patrones de la
edición impresa es probable que sea una de las razones por las que varias de
ellas aún no utilizan un sistema de edición electrónico. El OJS, (open journal
system) es un sistema abierto de edición de revistas, que facilita la
transparencia en todo este proceso. Los editores reciben la
publicación y la pasan a los revisores, estos envían sus comentarios y todo el
proceso es visible para los involucrados, mientras que a los articulistas se les envían las
recomendaciones o el rechazo de su trabajo y son los encargados de subir la nueva versión.
En el sistema tradicional, la transparencia en el proceso
editorial es poca, el micro equipo de dirección, a veces solo una persona encargada de la mayor parte del trabajo, quita artículos, coloca otros y
aunque no dudamos de la veracidad del trabajo, es probable encontrar
irregularidades (fraudes) en algunos trabajos como pude constatar en la
revisión mencionada.
Algunas revistas de las consultadas
en este índice, mantienen normas de publicación anticuadas, como el pedir los
artículos en discos de 3,5 pulgadas o en formato de Word Perfect o incluso por
correo postal. Algunas ellas no tienen sus sitios Web actualizados y varias de
las que emplean el sistema OJS aún no están al día en sus artículos.
Irregularidades en
las revistas y en Google Académico.
De las cien revistas con el índice h5 que oscila entre 34 y
11 de las que como comenté seleccioné solo 20, hallé que dos de ellas aunque
tienen nombres e índices diferentes repiten los mismos artículos en Google Académico.
Se trata de las revistas Interuniversitaria de Formación del Profesorado y Nómadas. Revista Crítica de Ciencias
Sociales y Jurídicas ambas apuntan a los mismos trabajos, aunque
son revistas diferentes. Este error de la clasificación de Google Académico
puede dejar a la vista otras fallas, que los estudiosos de este tema habrán
descubierto.
Entre las revistas a las que revisé algunos de sus trabajos,
encontré que más de uno guarda similitud con artículos publicados en revistas
que no se encuentran en esta clasificación. Algunos tienen títulos iguales con
autores diferentes, en otra revista hallé que un trabajo que se publicó en el
2012 y que aparece en el índice fue previamente publicado en 1987. También
encontré en más de una ocasión que un trabajo escrito en inglés se traduce al
español y se publica como un nuevo trabajo. Con esta pequeña indagación los elementos
detectados me hacen preguntarme sí este índice de Google Académico es totalmente
confiable y sí refleja con exactitud la realidad del valor de los trabajos
citados.
Algunas conclusiones.
Como pregunté en la primera entrada sobre este tema, cuál es
el impedimento de las revistas a modificar su estructura para acercarse al
verdadero formato digital. Por qué el enlace a un video no se toma en cuenta en
un trabajo científico si todos conocemos que es una prueba documental de alto
valor testimonial. Por qué varias revistas limitan las imágenes o las reducen a
formatos de baja resolución o en blanco y negro. Por qué ninguna de las
revistas consultadas emplea el formato EPUB, o por qué la mayoría solo están
disponibles para una lectura en la pantalla de la computadora y no en un
dispositivo móvil.
Por qué ninguna de las revistas que revisé emplean códigos
Qr o elementos de realidad aumentada, será posible seguir creyendo en el índice
h5 de Google, si con una revisión a la ligera detecté errores y plagios. Son
preguntas para los expertos.
Excelente análisis Carlos. Feliciaciones por este trabajo inicial. Saludos desde Perú.
ResponderEliminar