Antes de explicar
la razón de mi artículo declaro que no soy músico, no tengo las mínimas
habilidades musicales para interpretar un instrumento y mucho menos para
entender una composición musical. Tengo como los demás oídos para discriminar
los sonidos y por ende la organización de estos que algunos llaman música.
Declarado lo
anterior paso a comentar dos notas periodísticas diferentes entre sí pero con
el denominador común que da lugar al título: la música.
La primera de
ellas es un suceso internacional mientras que la otra es solo una nota más en
un periódico local que además cuenta con interpretaciones variadas.
La primera nota
está referida al video más visto en Youtube que aproximándose al billón de
visitas constituye un suceso mediático. Me refiero por supuesto a "Gangnam
Style"
No soy capaz de entender la interpretación musical, su melodía, ni su letra, tampoco los
movimientos de su interprete y mucho menos la calidad musical en general. Lo
que sí puedo valorar es que prima el mal gusto y la extravagancia, fórmula que
se ha puesto de moda.
Millones en todo
el mundo celebraron las excentricidades de Lady Gaga, cuando apareció vestida
con trozos de carne, aunque hay que reconocer que muchos más la criticaron.
La otra noticia
apenas difundida tiene que ver con un concierto que trató de desarrollarse en la
provincia de Ciego de Ávila, en Cuba. En esa región se celebraba un acto en
homenaje al movimiento de la Trova cubana cuando un grupo de jóvenes,
calificados por las autoridades policiales como delincuentes y por los
organizadores del acto como estudiantes, impidieron por la fuerza su
desarrollo.
Según se describe
algunos de los asistentes al acto interrumpieron a los artistas pues querían
escuchar reguetón y no las canciones que hicieron mundialmente famoso a la
Trova cubana, donde sus máximos exponentes son Pablo Milanés y Silvio
Rodríguez.
No se trata de
culpar al reguetón de la violencia, sino de encontrar que este tipo de música,
si merece ese nombre, se adueña de la juventud actual imponiendo modelos de
conducta y expresión no congruentes con la convivencia social. Basta solo
escuchar algunas de las letras de este tipo de género musical, para percatarnos
que estamos ante un fenómeno chabacano y vulgar.
Recuerdo que un
familiar cercano me comentó como sus vecinos repetían hasta la saciedad una
canción donde una de sus partes decía: “mami dame gasolina..” El, cansado de
soportar todos los días la misma letra le regaló un CD con canciones de
boleristas y soneros cubanos. El resultado lo desconozco, pero sé que no
repitieron más la misma música.
Es que la música
es también un valor a formar, o al menos su apreciación. En la época del acceso
al contenido multimedia, a la batalla de las firmas discográficas para impedir
la piratería y seguir ganando cifras millonarias la apreciación musical es
un sujeto perdido. Tal parece que dichas discográficas no tienen interés en educar a los oyentes, pero sí en vender de todo.
En una ocasión
tuve la oportunidad de conversar con Alejandro Hartman, historiador de la
ciudad de Baracoa, la primera villa fundada por Cristóbal Colón y lugar donde
se presupone pisó por vez primera tierra cubana. En aquella ocasión me comentó
que en los años sesenta y como parte de la expansión de la cultura a todo el
país, el Gobierno cubano empezó a difundir diferentes expresiones culturales en los
lugares más alejados. Una de estas localidad fue Baracoa, ubicada en el extremo más
oriental de la Isla. En aquel momento se le comunicó a las autoridades locales de la próxima visita de la Orquesta Sinfónica Nacional, como parte de una gira nacional.
Cuando los
integrantes de la Orquesta llegaron a Baracoa, se sorprendieron al encontrar
en la plaza donde tocarían un cartel que expresaba: “A bailar y gozar con la
orquesta sinfónica nacional”. Todos los músicos querían marcharse del lugar,
pero al final primó el sentido educativo de su trabajo y tocaron en la plaza.
Lo importante de esta anécdota vino después. Ante el enorme disparate las
autoridades locales se tomaron en serio el trabajo de la Orquesta, al extremo que
Baracoa es hoy una de las plazas en toda Cuba, donde con más deleite se escucha
a esta Orquesta.
Pero volviendo a
la primera noticia, me pregunto; después de tanto éxito y al cabo de un año,
quién recordará la canción “del caballo”. De seguro no dará tiempo para incorporarla a
los contenidos de aquellos lugares donde se estudia la música, como disciplina
escolar.
Y la respuesta sería que si, que la apreciación musical si es un valor y que pocos lo tenemos y bueno de la musica y el ritmo no nos podemos quejar pero nada más basta con detenerse a escuchar las letras de las canciones y pensar, uff sin sentido ni buen contenido e imaginar que algunas personas repiten y repiten esas palabras y hasta me atrevo a decir que inconscientemente, finalmente solo vemos que este tipo de musica llega a servir unicamente para ejercitar... el cuerpo
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