Para Radio Top Chiriquí en Panamá.
La semana pasada estaba
realizando el pago de un artículo en una casa especializada en productos
tecnológicos cuando la cajera del establecimiento le pregunta a uno de los que
atiende: ¿cuál es la contraseña del WiFi? El joven desde el otro lado de la
sala le dice 123456789*
Me quedé asombrado que emplearan esa secuencia de números y que además fuera tan pública que hasta yo podía conectarme con facilidad.
El sitio nordpass
especializado en administración de contraseñas, realizó un estudio sobre las claves
más empleadas en el 2020. Para esto trabajó con un grupo de expertos de 50
países. Los resultados son bien conocidos, la contraseña más empleada fue la
compuesta por los números 12345 y la siguiente, la que escuché en la tienda, sin
el asterisco. La misma empresa demostró que para adivinar estas dos
contraseñas, solo se requiere un segundo.
Fue Fernando
Corbató, nacido en EUA y de padres españoles, el creador del sistema de
contraseñas. Cuando trabajaba en el MIT a principios de los sesenta, se
encontró con el dilema que los profesores empleaban una única computadora, con
un único disco duro y sus trabajos se almacenaban en un mismo directorio. Esto
permitía que alguno de ellos pudiera borrar sin querer el trabajo de otro
docente. Para evitar esto último, Fernando creó una contraseña para cada
docente, de esa manera cada uno solo podía ingresar a su trabajo. Esto le valió
a Fernando Corbató ser reconocido como el padre de las contraseñas.
Sin embargo, en
el 2004 Bill Gates declaró que las contraseñas estaban muertas, pero el
desarrollo de los servicios en línea demostró que están más vivas que nunca.
Hoy casi todas las tareas se realizan en línea; pagos, accesos a plataformas,
aulas virtuales, servicios de video y audio, redes sociales entre otros exigen
una contraseña para su acceso. Nadie duda de la importancia de las claves de
acceso, su empleo es tan extendido que desde el 2013 y cada primer jueves de
mayo se celebra el día internacional de la contraseña.
Los expertos en
esta área de seguridad, señalan que las claves cortas son más sencillas de
recordar y, por el contrario, muy fáciles de adivinar. Pero con el desarrollo de
nuestra vida digital necesitamos muchas contraseñas, lo que hace muy difícil
recordarlas.
Muchas personas
emplean dos o tres contraseñas para todos los sitios en los que ingresan. Así evitan
recordar muchas claves de acceso, pero pone en peligro nuestro acceso a los
sitios, en especial si algún atacante logra dar con ellas. Esto es frecuente, como
el caso de Facebook que en abril del año pasado, los datos de más de 500
millones de usuarios fueron robados. De inmediato se detectaron varios sitios
que vendían esta información a inescrupulosos individuos.
Te pregunto. En
cuántas ocasiones no recordaste una contraseña, a mi muchas veces me ocurre
esta situación. A veces accedo al sitio en cuestión e indico que me envíen un
enlace para otra contraseña, pero en otros no recuerdo el nombre del usuario.
Eso les sucede a millones de personas.
En más de un momento
he notado que varios amigos en Facebook, me envían una nueva solicitud de
amistad. Antes de aceptarla, chequeo sí es esa persona y hasta le escribo por
otras redes como WhatsApp o Telegram, para preguntarle por qué tienen una nueva
cuenta en Facebook. La respuesta es siempre la misma, no recuerdo ni el nombre
de usuario ni la contraseña anterior.
En definitiva,
las contraseñas no están muertas y aunque el propio creador de ellas Fernando
Corbató señaló muchas veces que no era el mejor método, siguen existiendo. En
un próximo comentario te diré lo que los expertos en este tema señalan para
crear una buena contraseña y no perderla.
Para escuchar el podcast desde este enlace
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