viernes, 1 de julio de 2022

Presencial o virtual

 Trabajo elaborado para la emisora Top Chiriquí de Panamá

En los dos últimos años estas dos palabras, de las que me gustaría hablar hoy (presencial o virtual) se repitieron millones de veces y no quedó hogar alguno donde padres e hijos la pronunciaran a diario. Desde Gobernantes y funcionarios públicos, desde la prensa hasta los diferentes empleados las hicieron suya cada día.


Hoy, cuando el COVID 19 y sus efectos sobre la población parecen estar en franca disminución, nuevamente empezamos con el debate si la educación tiene que ser presencial, virtual o una mezcla de ambas.

Con el COVID pasamos abruptamente de colegios llenos de estudiantes a casas donde padres y jóvenes no encontraban la manera de adaptarse al cambio. Hogares donde solo existía un celular o una computadora o tal vez ninguno de estos, fue la constante en estos dos años.

Nos sumergimos en una educación de emergencia, donde los maestros tuvieron que improvisar sus clases, traducirlas a ambientes virtuales, cambiar a sus estudiantes reales por cámaras apagadas, fotos o iconos de toda la fauna y flora que puebla nuestro planeta.

Los estudiantes y sus padres aprendieron a utilizar Zoom, Meet, Classroom, conocimos partes de las casas de nuestros estudiantes y ellos ingresaron a las casas de los maestros, supimos de aquellos que tienen mascotas ruidosas o demasiado cariñosas que siempre quieren aparecen en la pantalla. Nos fuimos adaptando a lo virtual y algunos hábitos presenciales se acomodaron a las actividades a distancia.

Pero llegó el momento en que retornar a lo presencial se hizo necesario, hay que convivir con las demás personas, realizar actividades con otros compañeros y volver a las clases presenciales. La mayoría de las instituciones educativas están organizadas para el trabajo presencial, los horarios de clases, la distribución de profesores, la cantidad de estudiantes y en especial los ambientes.

Con la experiencia de estos años empezamos a comprender que varias tareas se pueden realizar de manera remota, sin necesidad de la presencia física. En la escuela pasa algo similar y no solamente ahora, sino desde siempre. Por ejemplo, el tiempo de estudio y preparación para exámenes se realiza principalmente fuera de la escuela, las tareas y deberes escolares, también se ejecutan fuera de la escuela. Desde hace más de una década la comunidad educativa viene empleando una metodología denominada la clase invertida, donde el contenido de la clase lo desarrolla el estudiante fuera de la escuela y a esta va para realizar actividades grupales y de carácter práctico.

Esto significa que estamos acostumbrados a realizar tareas fuera de la escuela, y en la actualidad muchas de ellas las vinculamos a las redes sociales, lo que mejora la comunicación, el intercambio de información y la colaboración. Hoy disponemos de un mejor conocimiento de cómo hacer una video llamada, de subir archivos a la nube, de tomar fotografías y editarlas en el celular, de realizar pagos, de utilizar las redes sociales y un listado enorme de competencias que fuimos creando en estos dos años. Tenemos un mejor dominio de muchos de los servicios de Internet que dos años atrás.

Mi opinión es que no perdamos lo que ganamos en estos dos años, hagamos una vinculación entre tareas obligatoriamente presenciales y aquellas que podamos trasladar a la virtualidad. Entendamos que esta mezcla es para enriquecer el aprendizaje de los estudiantes, para mejorar las condiciones de trabajo de los profesores, para involucrar más a los padres en el desarrollo de sus hijos, en fin, para mejorar la sociedad.

Decida usted, si prefiere todo virtual, todo presencial o una mezcla organizada de ambos enfoques.

La grabación se puede acceder desde este enlace





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