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Generado en Gemini |
En colaboración con Mercedes Leticia Sánchez
Estás apurado, entonces escucha el pódcast sobre el artículo
En la historia de
la humanidad se fueron definiendo los períodos históricos en relación con su
avance tecnológico. Desde la era de piedra, hasta la moderna o actual, todas se
caracterizaron por cambios trascendentales, donde la tecnología jugó un papel
decisivo. Este mismo fenómeno se sigue dando en la actualidad. Por ello se
clasifican en Millennials que crecieron en la era del internet masivo; la
Generación Z se formó en la hiperconexión móvil; la Generación Alpha convive
con entornos digitales inmersivos. Hoy emerge una nueva identidad generacional:
la Generación IA, conformada por niños, jóvenes y adultos que
no solo consumen información digital, sino que aprenden a dialogar con
algoritmos para solicitar videos, infografías, imágenes, resúmenes o
simulaciones en cuestión de segundos.
Esta generación
ya no se limita a “buscar” en internet: conversa con la máquina, formula
indicaciones, negocia respuestas y evalúa resultados. Su forma de aprender,
crear y relacionarse marca un giro radical en la educación, obligando a los
docentes a repensar estrategias, metodologías y formas de evaluación.
Una encuesta
realizada por Pew Research Center menciona que en el caso de adolescentes, el uso va en aumento: a
inicios de 2024 alrededor del 26% de los adolescentes (13-17 años) en
EE.UU. reportó usar ChatGPT para sus trabajos escolares, el doble que
el 13% observado en 2023 (Pew Research Center, 2024). Estos incrementos en tan
corto periodo reflejan cómo las nuevas generaciones están incorporando
rápidamente las herramientas de IA en sus hábitos de estudio.
Entre los
estudiantes más jóvenes, la IA se está convirtiendo en un recurso
complementario para el aprendizaje. Un informe de UNICEF y UNESCO en
Argentina indicó que más de la mitad de los chicos de 9 a
17 años utiliza IA, y dos tercios de ellos lo hacen con fines escolares
(UNICEF & UNESCO, 2024). Otra encuesta internacional, realizada por la
plataforma Qustodio,
halló que 1 de cada 5 menores de 18 años accedió a ChatGPT durante 2023,
lo que posicionó a esta herramienta entre los 20 sitios web más visitados por
dicha franja de edad (Qustodio, 2023). Estas estadísticas sugieren que incluso
en primaria y secundaria baja, muchos estudiantes ya están probando
herramientas de IA por iniciativa propia.
¿Cómo emplean los menores la IA en
sus estudios?
La evidencia
disponible indica que los adolescentes principalmente la usan como apoyo para investigar
y resolver dudas. En EE.UU., para 2024 el 26% de los adolescentes
afirmaba usar ChatGPT para hacer tareas o deberes escolares, y su uso se vuelve
más común conforme avanza la edad/curso (31% de alumnos de 11.º-12.º grado vs
20% en 7.º-8.º) (Pew Research Center, 2024). Sin embargo, los propios
estudiantes tienen reservas sobre emplear la IA en ciertas tareas: más de la
mitad ven aceptable usarla para investigar temas nuevos (54%),
pero muchos menos aprueban usarla para resolver problemas de matemáticas (29%)
o redactar ensayos completos (18%). Esto sugiere que los adolescentes tienden a
aprovechar la IA como herramienta de consulta o para obtener explicaciones, más
que para generar respuestas finales que reemplacen su trabajo.
En cuanto a los
niños de primaria, su uso de IA está emergiendo de forma más limitada y bajo
supervisión. La mayoría de los menores de 12 aún dependen de plataformas
educativas tradicionales, pero ya existen ejemplos de IA integrada
específicamente para ellos. Un ejemplo destacado es Khanmigo,
el tutor virtual con IA de Khan Academy, que desde 2023 ofrece
ayuda guiada en matemáticas, ciencia y otros temas. Durante el año escolar
2023-2024, más de 221.200 estudiantes y educadores utilizaron Khanmigo como asistente
tutor en la plataforma Khan Academy (Khan Academy, 2024). Esta herramienta está
diseñada para guiar al alumno paso a paso en la resolución de problemas,
brindando pistas y retroalimentación personalizada sin simplemente dar la
respuesta.
Universitarios y adultos: la IA en la
educación superior
Encuestas
globales recientes revelan cifras sorprendentes: 86% de los estudiantes
universitarios afirma usar herramientas de IA en sus estudios. De hecho, más de la mitad (54%)
interactúa con sistemas de IA al menos semanalmente, integrándolos regularmente
en su rutina académica (Educause, 2024).
Los usos que
los universitarios dan a la IA son variados, pero destacan dos categorías:
·
Búsqueda de información
y estudio autónomo: Muchos estudiantes
utilizan IA generativa tipo ChatGPT para investigar sobre temas de clase,
obtener explicaciones adicionales o clarificar conceptos difíciles. Según un
informe, esta es la función principal: los universitarios emplean la IA sobre
todo para buscar información rápidamente (Educause, 2024).
·
Asistencia en tareas
escritas y productividad: Grammarly, un
asistente de escritura impulsado por IA, se ha vuelto habitual para corregir
gramática y estilo; aproximadamente 1 de cada 4 estudiantes
universitarios encuestados utiliza Grammarly, al igual que
herramientas similares de autocompletado como Microsoft Copilot (Educause,
2024). Asimismo, el 58% de los alumnos en distintos niveles
reporta usar IA para traducir textos o mejorar sus redacciones, y un 81%
para organizar su calendario académico (Educause, 2024).
Conclusión
Estos datos son
solo una muestra de que los estudiantes ya están usando la inteligencia
artificial para aprender, muchas veces de manera espontánea, sin mediación ni
orientación docente. Esta realidad coloca a los educadores ante un desafío
impostergable: no basta con prohibir o ignorar la presencia de la IA en el
aula, porque los jóvenes ya la han incorporado a su vida académica y personal.
La verdadera responsabilidad del profesorado es ponerse al frente de este
cambio, convirtiéndose en guías que enseñen a aprovechar estas herramientas con
criterio, ética y sentido crítico.
Integrar la IA
en los procesos educativos no significa rendirse a la tecnología ni desplazar
la labor docente; significa reconocer que se trata de un nuevo lenguaje
cultural y cognitivo que los estudiantes están aprendiendo a usar. Así
como en su momento se aceptó el uso de la calculadora, internet o los teléfonos
inteligentes, hoy corresponde acompañar a los alumnos en el uso responsable de
la IA, enseñándoles a distinguir entre un apoyo legítimo para potenciar el
aprendizaje y un uso que puede generar dependencia o atajos que empobrecen la
formación.
Los datos
muestran con claridad que este fenómeno no es marginal ni pasajero: niños,
adolescentes y adultos utilizan IA para estudiar, investigar, redactar,
practicar idiomas o resolver dudas. Negar esta evidencia solo aumentaría la
brecha entre la escuela y la vida real de los estudiantes. Por eso, integrar la
IA con las debidas precauciones éticas no es solo deseable, sino inevitable si
queremos preparar a las nuevas generaciones para un futuro donde estas
tecnologías estarán en el centro de la vida laboral, social y cultural.
El reto
docente, entonces, no consiste en resistirse, sino en liderar la
transición, ofreciendo pautas de uso crítico, diseñando actividades
que aprovechen la personalización que brinda la IA, y reforzando aquellas
competencias que ninguna máquina puede reemplazar: la creatividad, el
pensamiento crítico, la colaboración y la sensibilidad ética. Solo desde esta
postura activa, los educadores podrán transformar la IA en una aliada
estratégica para el aprendizaje y no en una amenaza para la enseñanza.
Referencias
Educause. (2024). Generative AI in higher education:
Student and faculty survey 2024. Educause Review. https://www.educause.edu
Khan Academy. (2024). Khanmigo impact report 2023-2024.
Khan Academy. https://www.khanacademy.org
Pew Research Center. (2024, enero). Teens and ChatGPT:
Usage and perceptions one year after launch. Pew Research Center.
https://www.pewresearch.org
Qustodio. (2023). Annual report on kids’ digital habits
and wellbeing. Qustodio. https://www.qustodio.com
UNICEF & UNESCO. (2024). Niñez e Inteligencia
Artificial en Argentina: Usos, riesgos y oportunidades. UNICEF Argentina.
https://www.unicef.org/argentina
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