Escucha el pódcast sobre este artículo
En colaboración con Mercedes Leticia
Sánchez Ambriz
El reciente artículo de Infobae, que recoge audaces
predicciones de Howard Gardner –padre de la teoría de las inteligencias
múltiples–, nos lleva a reflexionar al ámbito educativo. Gardner plantea que,
para el año 2050, la inteligencia artificial (IA) habrá avanzado tanto que la
educación deberá reenfocarse en conocimientos centrales: lectura, escritura, aritmética y un poco
de programación
(Kozodij, 2025). Lejos de ser una distopía tecnológica, esta visión invita a un
análisis más profundo sobre la esencia misma del aprendizaje y el pensamiento. ¿Qué
nos dice esta predicción sobre la cognición humana y hacia dónde se dirige la
IA? Más importante aún, ¿cómo nos preparamos como docentes en
Latinoamérica para este futuro inminente?
La Arquitectura del pensamiento humano
La cognición humana es el conjunto de procesos
mentales que nos permiten recibir, procesar y elaborar información. Incluye la
atención, la percepción, la memoria, el lenguaje, el razonamiento y la
resolución de problemas (Flavell, 1992). Gardner (2011) subrayó que estas capacidades
se manifiestan de manera diversa en cada individuo, a través de sus múltiples
inteligencias. Un estudiante puede tener una cognición espacial sobresaliente
pero dificultades en el razonamiento lógico-matemático. El papel del docente es
identificar y potenciar estas facetas, favoreciendo un aprendizaje inclusivo.
En este sentido, la cognición humana no
se limita a procesar datos, sino que consiste en construir significados. La interpretación que cada
persona realiza está moldeada por la emoción, la cultura y la experiencia
previa. Esto nos recuerda que, aunque la IA puede imitar algunos procesos, la
dimensión subjetiva y social de la cognición humana permanece única.
La IA, desde sus orígenes, ha buscado
crear sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren
inteligencia humana. De los programas de ajedrez en los años sesenta a los
algoritmos de recomendación actuales, la IA se caracterizó por su especialización
en tareas
concretas.
Hoy observamos un cambio sustancial. La
IA evoluciona hacia sistemas que buscan emular procesos cognitivos humanos. Este tránsito ha dado lugar
al concepto de cognición
artificial. No se trata únicamente de
que una máquina ejecute una tarea, sino de que intente procesar información de manera análoga al
ser humano.
Los modelos de lenguaje grandes (LLM),
como GPT-5, Gemini, LlaMa, Claude y otros representan el ejemplo más claro de
esta transición. A diferencia de algoritmos previos, estos modelos no se
limitan a buscar palabras clave; son capaces de analizar contextos, sintetizar
información y generar textos coherentes (Brown et al., 2020). Aunque
carecen de conciencia, reproducen patrones de razonamiento lingüístico con un
nivel de sofisticación tal que resulta útil en educación. Un docente puede, por
ejemplo, co-crear un plan de lección con una IA que propone actividades,
estructura contenidos y sugiere recursos.
Este fenómeno conecta con la teoría de
la cognición
distribuida,
según la cual la inteligencia no reside únicamente en la mente humana, sino que
se extiende a las herramientas culturales y tecnológicas (Salomon, 1993). Así,
la IA no sustituye al docente, sino que se convierte en un copiloto cognitivo: libera cargas mecánicas y
permite al educador enfocarse en lo que verdaderamente importa, el desarrollo
crítico y humano de los estudiantes.
El futuro, según Gardner: ¿Por qué volver a lo básico?
La predicción de Gardner cobra sentido
en este contexto. Si la IA puede realizar tareas complejas, programar sistemas
o redactar informes, el valor humano se centrará en dirigir y validar estas herramientas. Para
ello, las habilidades fundamentales adquieren un rol central:
· Lectura y escritura. Formar preguntas precisas a una IA
exige un dominio profundo del lenguaje. Evaluar las respuestas requiere lectura
crítica y escritura clara. Estas competencias seguirán siendo la base del
pensamiento reflexivo y de la interacción con la tecnología.
· Aritmética y pensamiento lógico. Aunque una IA pueda realizar
cálculos avanzados, el ser humano debe identificar problemas, diseñar
estrategias y verificar resultados. La lógica matemática es indispensable para
dialogar con la IA y comprender sus limitaciones.
· Codificación básica. Gardner no plantea que todos deban ser
ingenieros, sino que desarrollen alfabetización digital. Entender los principios de
la programación es comprender la lógica que rige el mundo digital
(Eshet-Alkalai, 2004). Esta competencia permite a docentes y estudiantes ser creadores activos y no meros consumidores de
tecnología.
Estas destrezas se convierten en el mapa y la brújula que guían al piloto humano
en la educación del futuro. La IA es un copiloto poderoso, pero inútil si no
sabemos hacia dónde dirigirnos.
Desafíos y oportunidades para la educación en Latinoamérica
En América Latina, la irrupción de la IA
educativa presenta grandes oportunidades y desafíos. Entre los beneficios
destaca la personalización
del aprendizaje
y la reducción de la carga administrativa para los docentes, lo que permite
dedicar más tiempo a la mediación pedagógica (Serrano Pájaro, 2025). Sin
embargo, persisten retos significativos:
1.
Brecha digital. Muchas escuelas carecen de conectividad
y equipos suficientes. Si no se atiende esta desigualdad, la IA podría aumentar
las brechas existentes.
2.
Capacitación docente. Los profesores necesitan formación
continua para usar la IA de manera crítica, ética y pedagógica.
3.
Políticas educativas. Es necesario diseñar marcos
regulatorios que aseguren la equidad y la protección de datos, y que promuevan
una integración responsable de la IA.
La región debe apostar por invertir en
infraestructura y, sobre todo, en el empoderamiento docente. Un maestro formado en
competencias digitales y pensamiento crítico será capaz de orquestar inteligencias humanas y
artificiales
en favor de aprendizajes más significativos.
Conclusión
La irrupción de la inteligencia artificial en el aula del siglo XXI nos desafía a repensar nuestra práctica educativa desde sus cimientos. La pertinencia del análisis radica en reconocer que, si bien la IA puede automatizar muchas funciones, el propósito último de la educación —formar seres humanos capaces de pensar, sentir y crear— permanece inalterable.
La argumentación presentada nos lleva a
entender que cognición humana
e inteligencia artificial no están en competencia, sino en diálogo. Donde la cognición humana aporta
sentido, valores, creatividad y juicio crítico; la IA aporta velocidad,
vastedad de información y nuevas posibilidades de personalización. Prepararnos
para el futuro implicará, entonces, volver a fortalecer lo esencial (nuestras
“armas” cognitivas básicas) al tiempo que abrazamos las nuevas herramientas
tecnológicas con mente abierta y criterio firme.
En
Latinoamérica, esto supone un compromiso doble: cerrar brechas de acceso y formar docentes líderes
en la era digital. Si logramos ambos objetivos, estaremos en condiciones de
orquestar aulas verdaderamente siglo XXI, donde cada actividad humana se vea
potenciada –y no opacada– por la inteligencia artificial.
Referencias
Brown, T. B., Mann, B.,
Ryder, N., Subbiah, M., Kaplan, J., Dhariwal, P., ... & Amodei, D. (2020).
Language models are few-shot learners. Advances in Neural Information Processing
Systems,
33, 1877–1901.
Eshet-Alkalai, Y. (2004).
Digital literacy: A conceptual framework for survival skills in the digital
era. Journal
of Educational Multimedia and Hypermedia, 13(1), 93–106.
Flavell, J. H. (1992).
Cognitive development: Past, present, and future. Developmental Psychology, 28(6), 998–1005. https://doi.org/10.1037/0012-1649.28.6.998
Gardner, H. (2011). Estados mentales: La teoría de las
inteligencias múltiples.
Basic Books.
Kozodij, M. (2025, 22 de
septiembre). El autor de la Teoría de las Inteligencias Múltiples asegura que
para el 2050 la IA hará que la educación se centre en “lectura, escritura,
aritmética y un poco de codificación”. Infobae.
Salomon, G. (1993). Distributed cognitions: Psychological and
educational considerations.
Cambridge University Press.
Serrano Pájaro, L. (2025,
junio 11). Entre unicornios y computadores: la inteligencia artificial es un
desafío aceptado en América Latina y el Caribe. Enfoque Educación, Banco Interamericano de
Desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario