jueves, 16 de octubre de 2025

La convergencia pedagógica: multimodalidad e inteligencia artificial en el aula

En colaboración con Mercedes Leticia Sánchez Ambriz

Andas deprisa, entonces escucha el pódcast

La educación del siglo XXI enfrenta el desafío de integrar las tecnologías emergentes con marcos pedagógicos sólidos. Entre estas tecnologías, la inteligencia artificial (IA) ocupa un lugar central por su capacidad de transformar la enseñanza y el aprendizaje. Sin embargo, el reto no consiste en usar la IA de manera aislada, sino en articularla con la multimodalidad pedagógica.

Este enfoque, basado en la idea de que la comunicación y el aprendizaje ocurren a través de múltiples modos comunicativos —texto, imagen, sonido, gestos, colores—, encuentra en la IA multimodal un aliado poderoso para escalar y enriquecer la experiencia educativa. Su verdadera utilidad es cuando se comprende que cada modo complementa a los otros. Los modos se integran entre si conformación un sistema donde cada uno es componente y todos tienen el objetivo de facilitar un mejor aprendizaje

La IA multimodal no se limita a procesar palabras: puede integrar datos de imágenes, audios, videos o diagramas para generar nuevos contenidos. Este enfoque atiende a diversos estilos de aprendizaje, asegurando que cada estudiante participe y comprenda mejor. Fomenta la motivación y la inclusión, promoviendo una participación activa y equitativa de todos los estudiantes

Esta capacidad abre un horizonte de posibilidades didácticas. Por ejemplo, un estudiante puede transformar una explicación textual en una representación visual más comprensible, o recibir retroalimentación inmediata sobre su expresión oral gracias al análisis automático de voz. Hemos realizado diferentes experimentos con nuestros estudiantes de posgrado y pregrado, demostrando que se mejora la motivación y el interés, favoreciendo el aprendizaje. La multimodalidad, al complementarse con la IA, fortalece la comprensión profunda, ya que permite abordar el conocimiento desde diferentes ángulos y lenguajes.

El rol del docente como diseñador y curador

La incorporación de la IA multimodal en la educación exige repensar el papel del profesorado. Lejos de ser desplazado por la máquina, el docente se convierte en un curador estratégico y diseñador de experiencias. Su tarea principal no es producir grandes cantidades de materiales, sino guiar el proceso: seleccionar contenidos, validar la información, contextualizarla y plantear actividades que desafíen al estudiante a pensar críticamente. A la par el profesor debe enseñar al estudiante la producción de estas herramientas que empleará en su estudio independiente.

En este sentido, el modelo TPACK (Technological Pedagogical Content Knowledge) resulta fundamental. La IA multimodal actúa como catalizador del conocimiento tecnológico, pedagógico y disciplinar. Al automatizar procesos rutinarios, como la corrección mecánica de trabajos o la elaboración de esquemas básicos, libera al docente para dedicar más tiempo a la interacción humana y al diseño de actividades que fomenten el razonamiento.

Una de las implicaciones más relevantes es la reasignación estratégica del tiempo pedagógico. Investigaciones recientes señalan que la retroalimentación asistida por IA puede reducir hasta en un 40 % el tiempo dedicado a la evaluación mecánica. Ese tiempo, lejos de perderse, debe invertirse en aquello que ninguna máquina puede sustituir: el acompañamiento humano, la tutoría personalizada y la creación de entornos colaborativos de aprendizaje.

El estudiante como productor multimodal

La convergencia pedagógica también transforma el papel del estudiante. Con la ayuda de la IA, deja de ser un receptor pasivo de información para convertirse en productor multimodal de conocimiento. Esto implica elaborar textos, imágenes, audios o simulaciones que no solo demuestran lo aprendido, sino que lo recrean de manera creativa.

Por ejemplo, un grupo de estudiantes puede convertir un artículo científico complejo en una infografía interactiva, o diseñar una simulación digital que represente un caso práctico en medicina o medioambiente. La clave no está en el producto final generado por la IA, sino en la capacidad de los estudiantes para evaluar críticamente la coherencia de los resultados, establecer conexiones entre modalidades diferentes y razonar con base en información heterogénea.

Este enfoque favorece competencias esenciales del siglo XXI: pensamiento crítico, creatividad, alfabetización digital y capacidad de colaboración. La escuela ya no se limita a transmitir conocimientos, sino que se convierte en un laboratorio donde el estudiante aprende a integrar distintos lenguajes y tecnologías para construir sentido.

Reflexión final

La convergencia entre multimodalidad pedagógica e inteligencia artificial multimodal redefine los roles de docentes y estudiantes, reorganiza el tiempo de la enseñanza y plantea nuevas formas de evaluar el aprendizaje. El futuro educativo no consiste en usar más máquinas, sino en diseñar experiencias donde los recursos tecnológicos amplifiquen las capacidades humanas.

El éxito de esta integración dependerá de una condición básica: que la IA esté al servicio de la pedagogía y no al revés. Solo así la educación podrá aprovechar el potencial transformador de la inteligencia artificial sin perder su esencia humanista y formadora.

Escrito Por Mercedes Leticia Sánchez Ambriz y Carlos Bravo Reyes

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