sábado, 25 de octubre de 2025

Metodologías emergentes: un cambio de paradigma necesario en la educación latinoamericana

En colaboración con Mercedes Leticia Sánchez

Escucha el pódcast, un resumen de alta calidad y precisión

Las transformaciones tecnológicas, sociales y culturales del siglo XXI han impulsado la necesidad de repensar las prácticas pedagógicas desde perspectivas innovadoras. En este contexto, las metodologías emergentes surgen como enfoques flexibles, inclusivos y profundamente humanos que responden a los retos del aprendizaje contemporáneo. América Latina, con su diversidad cultural y desafíos estructurales, tiene una oportunidad única para adoptar estas metodologías, integrando tecnología, inteligencia artificial y saberes comunitarios en modelos educativos híbridos que promuevan equidad e innovación.

Las metodologías emergentes son estrategias pedagógicas dinámicas que se adaptan a los cambios tecnológicos, culturales y cognitivos del entorno (Adell & Castañeda, 2012). Más que nuevas técnicas, representan un cambio paradigmático hacia un aprendizaje abierto, colaborativo y orientado a la co-construcción del conocimiento. Sus características incluyen:

·         Flexibilidad: Adaptan procesos, ritmos y espacios a las necesidades de los estudiantes.

·         Interdisciplinariedad: Conectan saberes diversos para abordar problemas reales.

·         Hibridación: Integran lo presencial, virtual, analógico y digital.

·         Participación activa: Fomentan autonomía, colaboración y co-creación.

Ejemplos destacados incluyen el aprendizaje invertido, el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje ubicuo y el uso de IA generativa como mediadora cognitiva (Holmes, Bialik & Fadel, 2022). Estudios de la UNESCO (2021) muestran que estas metodologías han incrementado el compromiso estudiantil en un 25-40% en entornos híbridos post-pandemia.

Relevancia para América Latina

En contextos donde la conectividad es limitada—solo el 50% de los hogares latinoamericanos tienen acceso a internet de alta velocidad (CEPAL, 2023) las metodologías emergentes priorizan la pedagogía sobre la tecnología. Estrategias como las actividades desenchufadas (Bell et al., 2018) desarrollan pensamiento computacional y creatividad sin requerir dispositivos digitales. Por ejemplo, programas piloto en Brasil y Colombia han mejorado habilidades cognitivas en un 30% entre estudiantes de comunidades rurales, según la Fundación Telefónica (2022), democratizando la educación en zonas vulnerables.

Las metodologías emergentes permiten revalorizar la identidad latinoamericana, integrando saberes locales, lenguas indígenas y prácticas comunitarias. Frente a modelos educativos globalizados, proponen una pedagogía decolonial que reconoce la diversidad cultural como fuente de conocimiento (De Sousa Santos, 2018). En México y Perú, currículos que incorporan saberes indígenas han reducido la deserción escolar en un 15-20% (INEE, 2024), demostrando el impacto de enfoques situados.

Estas metodologías transforman al docente en un diseñador de experiencias y al estudiante en un constructor activo del conocimiento. Como afirmó Freire (1997), “enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción”. Encuestas regionales indican que docentes capacitados en estas metodologías reportan un 35% más de satisfacción laboral, mientras que los estudiantes desarrollan mayor autonomía (OECD, 2023).

La IA como copiloto pedagógico

La inteligencia artificial potencia las metodologías emergentes al:

·         Personalizar itinerarios de aprendizaje según necesidades individuales.

·         Generar materiales adaptados a contextos culturales y lingüísticos.

·         Apoyar a docentes en retroalimentación y planificación.

·         Fomentar la metacognición mediante diálogos con agentes inteligentes.

Sin embargo, su implementación debe ser desde la ética, abordando riesgos como sesgos algorítmicos que podrían marginar comunidades indígenas o perpetuar desigualdades (World Bank, 2024). Por ejemplo, sistemas de IA mal diseñados podrían priorizar lenguas dominantes, ignorando lenguas como el quechua o el guaraní. García Aretio (2023) subraya que el docente, como mediador ético, sigue siendo central, utilizando la IA como un “copiloto” que amplifica, no sustituye, la interacción humana.

Adoptar metodologías emergentes implica reimaginar la rica tradición pedagógica latinoamericana—basada en la comunidad, la oralidad y la cooperación—en diálogo con la tecnología. Proponemos una estructura Híbrido Decolonial Latinoamericano (MHDL), un marco que combina saberes tradicionales con herramientas digitales, evaluando impacto cultural (e.g., preservación de lenguas) y tecnológico (e.g., competencias digitales). Esta estructura debe aprovecha la IA para enriquecer narrativas culturales, como en proyectos andinos que integran relatos orales con herramientas digitales.

Un caso ejemplar es el proyecto Storyboard.IA, implementado en la escuela primaria indígena de la sierra de Hidalgo, México, donde se habla náhuatl. En esta iniciativa, niños de 10 a 11 años desarrollan competencias de escritura en español, narrando anécdotas que reflejan tradiciones y lugares de su comunidad, con el apoyo de herramientas de inteligencia artificial.

Este proyecto integra tecnología con identidad cultural al permitir que los estudiantes puedan crear diarios en forma de cuentos, adaptados a formatos digitales accesibles, que preservan elementos culturales como festividades y narrativas indígenas.

Uno de los Stroyboard del proyecto puede ser escuchado en español desde este enlace

A modo de conclusión

Las metodologías emergentes ofrecen una respuesta pertinente para los sistemas educativos latinoamericanos, promoviendo equidad, innovación y pertinencia cultural. Su implementación requiere:

·         Diseñar experiencias, no solo contenidos: Cambiar el enfoque hacia aprendizajes significativos.

·         Adaptar a contextos reales: Incorporar diversidad cultural y lingüística en las estrategias.

·         Usar la IA éticamente: Establecer protocolos para mitigar sesgos y garantizar inclusión.

·         Fomentar la agencia: Posicionar a docentes y estudiantes como protagonistas del cambio.

El desafío es humano y cultural: formar ciudadanos críticos, creativos y empáticos que integren la IA sin perder la inteligencia emocional. América Latina, con su riqueza cultural, puede liderar esta transformación, convirtiendo limitaciones en motores de innovación pedagógica.

(nota: este trabajo es un resumen del proyecto “StoryBook Rural: Potenciando la escritura creativa en niños de 10-11 años”)

Referencias

·         Adell, J., & Castañeda, L. (2012). Tecnologías emergentes, ¿pedagogías emergentes? En J. Hernández, M. Pennesi, D. Sobrino & A. Vázquez (Eds.), Experiencias educativas en las aulas del siglo XXI (pp. 13–32). Universidad de Murcia.

·         Bell, T., Witten, I. H., & Fellows, M. (2018). Computer Science Unplugged: Teaching CS without a Computer. CS Unplugged Project.

·         CEPAL. (2023). La brecha digital en América Latina. Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

·         De Sousa Santos, B. (2018). Epistemologies of the South: Justice Against Epistemicide. Routledge.

·         Freire, P. (1997). Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo XXI Editores.

·         Fundación Telefónica. (2022). Innovación educativa en Latinoamérica: Reporte anual.

·         García Aretio, L. (2023). Modelos híbridos en educación: de la emergencia a la consolidación. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 26(2), 9–35.

·         Holmes, W., Bialik, M., & Fadel, C. (2022). Artificial Intelligence in Education: Promises and Implications for Teaching and Learning. Center for Curriculum Redesign.

·         INEE. (2024). Evaluación de programas educativos indígenas. Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

·         INEGI. (2024). Impacto de herramientas digitales en educación rural. Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

·         OECD. (2023). Teaching and Learning International Survey (TALIS).

·         UNESCO. (2021). Reimagining our futures together: A new social contract for education.

·         World Bank. (2024). AI and Education in Developing Regions: Opportunities and Risks.

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